HYNTIBA ROJO
Por: JAIRO AMEZQUITA SOLER
Se puede estar en desacuerdo o en
acuerdo con la administración de Gustavo Petro, pero por la avalancha de acontecimientos
que se vienen presentando con la inestabilidad en la cabeza de la alcaldía
mayor del distrito capital caben unas consideraciones. Primero, el cumplimiento
a los compromisos suscritos una vez desmovilizada la guerrilla del M-19 han
sido cumplidos plenamente por él y su compañeros de ese proceso, al
reintegrarse a la sociedad y al respeto del estado de derecho, incluso se tiene
que reconocer que su papel en el Congreso de la República fue brillante en
ejercicio del control político. En las elecciones para alcalde de Bogotá de
2010 obtuvo un triunfo al obtener la mayoría, a pesar de que ésta no
representar más del 30% del total del electorado, pero fue la mayor minoría.
Segundo, frente a la providencia
sancionatoria del Procurador General de la Nación proferida en contra de Petro,
como demócrata liberal debe uno decir que la proporcionalidad de la medida fue desproporcionada,
si tiene uno en cuenta que se castigan errores administrativos y no situaciones
de corrupción que incluso han tenido sanciones menos exageradas. Tercero, la
actitud de victimización que asumió Petro no puede ser el escudo de la soberbia
y el desconocimiento a las fallas que efectivamente se han presentado en su
ejercicio como alcalde, el caos de las basuras, lo de la promulgación ilegal
del POT y el desconocimiento sobre la capacidad de la justicia colombiana para
enmendar los presuntos errores del Ministerio Público, instancia que hasta el
momento le ha sido favorable y que muy seguramente le modificará su
desproporcionado castigo disciplinario de destitución e inhabilidad política
por quince años. Porque Petro es un político que indudablemente le hace falta a
la democracia colombiana.
Finalmente, como simples ciudadanos
bogotanos lo claro consideramos que toda esa serie de situaciones le hacen un
muy flaco favor a la ciudad por la manifiesta inestabilidad en que mantiene la
cabeza de la administración, se generan dificultades en la toma de decisiones
de gobierno, manteniendo problemática que se hacen insostenibles en temas como
la movilidad, la educación, la salud, la vivienda. Además hay zozobra en el
mercado de las acciones de empresas en que hay capital de los bogotanos como
las comunicaciones y la energía. Deseamos que se mantenga el alcalde Petro por
el período que hace falta hasta diciembre de 2015, o por lo menos se mantenga
la alcaldía en poder del grupo significativo de ciudadanos que ganó ese proceso
electoral. A ver si con esto se recupera la añorada estabilidad y un adecuado
rumbo para la ciudad, que por cierto lleva varios años sin encontrarse.
Twitter: @jairoamezquita