(Noviembre 11 de 2012)
Por : Horacio Serpa
De
nuevo se aplazó el comienzo de las conversaciones en La Habana. Solo se
iniciarán el lunes próximo. No faltarán los que digan que ya se ha modificado
varias veces la fecha y que ello es una clara manifestación de los enredos que
existen entre las delegaciones. Algunos terminarán diciendo, “si así es al
empezar, como serán las cosas mas adelante”. Son los pesimistas, los que no
tienen confianza en las conveniencias del proceso y los que no quieren que de
ninguna manera, porque lo consideran nocivo, exista esta posibilidad de buscar
la terminación del conflicto por la vía de la negociación.
Los
optimistas sabemos que el logro de la paz no será fácil ni rápido. Cuarenta y ocho años de confrontación armada
nos indican que el camino está y seguirá estando colmado de obstáculos,
emboscadas, derrumbes, lluvias intensas, trancones y minas antipersonales. Por
eso se tendrán que sortear muchos problemas y barreras para alcanzar la meta.
Pero hay que intentarlo. De lo contrario, definitivamente nunca llegaremos. Y
no es nada estimulante ni atractivo saber que toda la vida, “hasta el infinito
y mas allá”, vamos a vivir en guerra.
No
se han comenzado las conversaciones porque no es cosa fácil crear las
condiciones para sentarse hablar entre contrarios, entre rivales, entre
enemigos para ser mas exactos. Y mas trabajoso si se sabe que este
distanciamiento, este pensar distinto y tener parámetros diferentes de
comportamientos, ideologías disímiles, intereses encontrados y en ocasiones
absolutamente excluyentes, ha producido choques violentos, a bala física, con
muertos y todo lo desastroso que ocurre en situaciones extremas de esta
naturaleza.
Tal
vez lo que ha ocurrido para los aplazamientos son detalles logísticos.
Dificultades de transporte. Falta de acuerdos en materia de procedimientos.
Pues es importante que se superen antes de
comenzar porque luego se vuelven situaciones casi insalvables que
afectan el funcionamiento y la armonía de unas conversaciones sobre las cuales
se han cifrado tantas esperanzas.
Hay
que esperar con tranquilidad que se soluciones esta clase de pormenores. Hasta
el momento la espera ha sido mínima. Comenzadas las negociaciones la espera es
muchísimo más larga. Nos toca esperar, con confianza, con optimismo. En esta
clase de asuntos generalmente les va mejor a los que tengan el tino y la
paciencia de esperar, de darle tiempo al tiempo, de no apurar inapropiadamente
los resultados. Reitero lo que he dicho: a veces la forma resulta mucho más importante
que el fondo.
Parece
que llegan los elenos a las conversaciones. Es una buena noticia. Si se va a
acabar la guerra, que se acabe con todos. Por eso hay que prestarle atención a
las declaraciones recientes sobre disposición de comenzar a dialogar. Que ya
tienen lista la comisión, dijeron, por lo que es de esperarse que el gobierno
asuma la propuesta y converse con las farc la posibilidad de los diálogos
conjuntos. No resultan fáciles, lo digo por la experiencia de Tlaxcala. Pero
todos los procesos son distintos. ¡Como sea mejor, adelante!
Twitter: @HoracioSerpa