3 de noviembre de 2011

LA REFORMA QUE NO FORMA, LA REFORMA QUE DEFORMA



Por : Coordinadora Estudiantil Facultad Ingeniería UNAL



El mismo día mientras la ministra de Educación radicaba el proyecto de Nueva Ley de Educación Superior que “reforma” la ley 30 en la cámara de representantes, se empujaba aceleradamente en otra cámara, esta vez la del congreso de los EEUU, el TLC con Colombia y es que no es casualidad que estos hechos se presenten paralelamente. La necesidad de los Estados Unidos y el llamado primer mundo de aliviar su déficit exportando lo que les sobra (TLC) es tan urgente como la de abrir nuevos nichos de mercado para el capital financiero en el tercer mundo (Nueva Ley de Educación). Después de años de poner en evidencia la crisis universitaria y meses de agitación tras el anuncio de la “reforma”, los diferentes actores pusieron las cartas sobre la mesa. Tanto el gobierno de Santos, muy solo por cierto, como la comunidad universitaria manifestaron su posición en torno a la propuesta.

El proyecto de Nueva Ley de Educación tiene serios problemas tanto en su procedencia, como en su contenido. No fue acordado con el estamento estudiantil, ni con el profesoral, y son pocos los rectores que se prestaron para prolongar la agonía de las universidades sin resolver los problemas de fondo. En cuanto al contenido la versión final del proyecto ha sido calificada por la Comunidad Universitaria como más de lo mismo: No reconocimiento de la deuda y desfinanciamiento paulatino de la Educación Pública (arts. 143 y 145), degradación de la calidad formando en competencias y no en conocimientos (art 68)  continúa la antidemocracia en la composición de órganos rectores (art 138), mas pertinencia para ajustar los contenidos a las locomotoras (art 90, 100..etc esta regado por todo el articulado), violación de Autonomía Universitaria por medio de la Acreditación (art 95), inserción del sistema educativo colombiano en la división internacional del trabajo (art 94 b), recursos sujetos a condicionamientos (art 101), desmonte del Bienestar Universitario a cambio de créditos para manutención (art 156) no control de las matriculas en universidades privadas (art 151),  además no desaparece el ánimo de lucro pues se le cambia la naturaleza jurídica al Fondo de Desarrollo de la Educación Superior, FODESEP el cual pasa a ser Sociedad Anónima y se continua con el modelo de subsidio a la demanda (art 152)...etc.

Afortunadamente para el país, el Movimiento Estudiantil Colombiano pasa por un momento inmejorable en términos de estado de ánimo y acumulación de fuerza. La construcción de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil -MANE- , la niña consentida del estudiantado, representa la apuesta organizativa mejor lograda en años y es hoy el referente obligado de la sociedad para con el Movimiento Estudiantil. Entre los muchos aciertos logrados por los estudiantes y sus organizaciones en la construcción de la MANE se destacan tres. En primer lugar la existencia de un Programa Mínimo[2] que en 6 puntos recoge la propuesta que le hace el estudiantado al país, en términos de Financiación, Autonomía y Democracia, Calidad Académica, Bienestar, Relación universidad y sociedad, y situación de DDHH. En segundo lugar contamos con un Comité Operativo compuesto por delegados de las expresiones organizadas del estudiantado y de los procesos asamblearios así como las Mesas Amplias Locales o/y Regionales, y por ultimo contamos con una ambiciosa agenda de Movilización que ha trazado la MANE y que se ha cumplido al pie de la letra.

Las jornadas nacionales de movilización del 7 de Abril, el 1ro de Mayo, el 7 de septiembre, son claros ejemplos del momento de agitación por el que atraviesa no solamente el movimiento universitario, sino los sectores sociales en general. Con un éxito abrumador se llevó a cabo la Consulta Nacional Universitaria los días 5, 6 y 7 de Octubre con participación de mas de 40 universidades entre privadas y públicas, y que según sondeos iniciales se puede prever una participación que con seguridad superará los 70 mil estudiantes en todo el país, quienes por una mayoría abrumadora (la cifra final estará rondando el 95%) rechazaron el proyecto del gobierno. Pero la agenda de movilización no tiene un final cercano, todo lo contrario. El llamamiento al Paro Nacional Universitario cobra cada vez más vigencia como forma de derrotar la regresiva propuesta gubernamental e iniciar un proceso democrático de construcción de la educación que requiere el país. Hoy ya son más de 10 universidades que se encuentran en cese de actividades, y para la Gran Jornada Nacional del 12 de Octubre se espera que entren otras tantas, logrando con ello que cerca de medio millón de estudiantes universitarios se opongan a que se reforme la educación superior con mentalidad de cámara de comercio, y a que la ministra continúe tratando a la matricula estudiantil como trababa a la matricula mercantil en sus tiempos de jefe de los negocios del distrito capital.

Que el país se prepare porque ríos de estudiantes y ciudadanos del común inundaran las calles en todo lugar donde se encuentre alguien a quien le duela la educación y esté dispuesto a defenderla como un derecho, tal y como sucede con el extraordinario ejemplo de Chile, pero también con España, Italia, Inglaterra, Puerto Rico, y gran parte del mundo. Hoy la tarea central del Movimiento Estudiantil debe ser la de llevar este mensaje a todos los sectores y a todos los rincones de Colombia. De la mano con nuestros amigos y aliados: los estudiantes de secundaria, profesores, académicos, artistas, trabajadores, profesionales, sindicalistas, todos reunidos en El comité Nacional por la Defensa de la Educación como Derecho, debemos salir a cada barrio, a cada casa, a cada semáforo, a cada familia a enterar a la sociedad que nos estamos jugando el futuro del país y que de nuestros esfuerzos dependerá el éxito de esta apuesta. Tengan la plena seguridad que este Movimiento Estudiantil con la MANE por delante, no será inferior a la magnitud de la tarea, cumpliremos la cita con la historia: detendremos el proyecto del gobierno, y con la base del Programa Mínimo abriremos los espacios para construir, una verdadera propuesta incluyente y democrática que sacuda las retardatarias políticas fundacionales de la educación en Colombia y con la que alcancemos por fin una educación de alta calidad, al servicio del desarrollo nacional y accesible para todos.