5 de enero de 2011

Futuro del Liberalismo


El 2011 será el año en el que se observarán los resultados de las últimas decisiones que ha tomado la dirección del Partido en contravía de sectores internos extremistas que consideran que acercarse a la Unidad Nacional fue entregar algunos de sus postulados progresistas y socialdemócratas en pos de una sociedad más igualitaria y perder la oportunidad de ser una alternativa real de poder. Hay otro sector que considera que el destino no sería el de participar de la coalición de poder si no de fusionarse de inmediato son los movimientos retardatarios y facistoides que integran la misma. Y hay otros que creemos el camino que se tomó, hasta el momento ha sido el adecuado, no se vendieron los principios a cambio de los puestos, ni de las dádivas y lentejas del régimen como si han estado acostumbrados los que habían estado ahí. Por el contrario los compromisos programáticos que se defendieron en la campaña presidencial ahora son parte fundamental de la agenda del gobierno nacional, programas que de otra forma habrían tenido una posibilidad mínima de ser integradas a sus prioridades. Otra cosa a anotar es que las mayorías de nuestra sociedad no analizan en profundidad las propuestas democráticas a su consideración, por sus mismas carencias de educación y culturales por lo que actúan emotivamente a la hora de decidir electoralmente su futuro y han ganado propuestas populistas de derecha en lo nacional y seudo izquierda en lo distrital. 

Este escenario hacía muy difícil la misma viabilidad del partido como lo habían demostrado los resultados de las elecciones en las últimos cuatro elecciones presidenciales y seis de alcaldía mayor en Bogotá. Esto incluso había empujado a muchos de los que eran liberales a correr hacia esos nuevos “partidos” que se autoproclamaban los compendios de la moral y las buenas costumbres en claro uso de la estrategia “Adán” cuando eran integrados por los verdaderos culpables de la corrupción con el erario y los vínculos con grupos oscuros al margen de la Ley, es decir dejaron al partido con el pecado y ellos quedaron limpios. Pero dialéctica de la propia historia suele darnos sorpresas positivas en menos tiempo del que se creería y muchos de ellos han caído y seguramente seguirán cayendo en manos de la Justicia y además el presidente Santos ha dado hasta el momento claras muestras de independencia frente a toda esa podredumbre que en mala hora estuvo a cargo del país. Por todo esto es bien interesante el escenario que se aproxima para el Partido Liberal, observaremos con atención si el gobierno nacional cumple efectivamente con la agenda social y le da los recursos necesarios para su implementación. Y en octubre veremos cómo reacciona la opinión pública frente a las actuaciones y coherencia del Partido en los últimos meses y cómo se dan los acuerdos entre los diferentes movimientos que si bien hacen parte de una coalición de gobierno, tienen bastantes diferencias en lo ideológico y su visión de manejo de estado. 

No se puede perder la oportunidad en destacar y celebrar la distinción de Horacio Serpa como el mejor gobernador. Su gobierno departamental se destaca como excelente modelo en planeación participativa, en transparencia en el manejo de recursos públicos, en la lucha contra la pobreza y en mejorar la calidad en la educación. También se destaca el impulso que se le ha dado a sus ejes culturales, los ambientales y la defensa de los Derechos humanos. Estos logros incidirán en el proceso político nacional, y por supuesto que despertará alarmas y resquemores en los sectores retardatarios de nuestra sociedad que no se han destacado precisamente por las limitaciones éticas, ni en el modelo generador de crecientes desequilibrios sociales. Algunos académicos identifican el modelo regional de Serpa con la matriz programática que tan buenos frutos rindió en Brasil con Inacio Lula da Silva. Estos logros nos llenan de entusiasmo y esperanza en el futuro mismo de la sociedad y en el papel protagónico que seguirá jugando el propio Serpa y el Liberalismo en aras de seguir construyendo un Estado social y democrático de derecho para nuestra patria. Este debe ser el camino a permanecer convocando los valores democráticos, éticos y la participación activa de toda la ciudadanía en la administración pública.