25 de agosto de 2011

Y otra vez en campaña....

El próximo 30 de Octubre elegiremos las autoridades territoriales a lo largo y ancho de nuestra adolorida y sufrida patria, es una oportunidad bien interesante para observar si los colombianos que tan dados somos a criticar por criticar hemos avanzado algo en el proceso de maduración y de formación política y cultural y al depositar nuestro voto elegimos bien. No podemos jamás olvidar la importancia de un voto, en la medida que lo hagamos de manera inteligente y consciente no delegaremos autoridad en quienes no serán moralmente responsables y éticos en el manejo de lo público. Somos nosotros en la condición de electores quienes elegimos a aquellos quienes hoy se encuentran metidos en procesos judiciales por sus prácticas de corrupción y omisión. Podemos darnos de cuenta que algunos candidatos quieren ganar las elecciones para robarse los bienes públicos, el voto debe ser cuidadoso. Se habla a diario y a todas horas de la gran corrupción que se pasea indolente en las oficinas públicas. Pero se nos olvida que esos delincuentes, sus cómplices y sus esbirros están allí porque el voto ciudadano así lo determinó. No votar es una decisión muy insulsa y borrega porque al no participar se permite que los demás decidan por lo que el “abstencionista” pudo con su deber ciudadano haber impedido. Si todos los indecisos, abstencionistas o los que no quieren saber nada votaran en blanco, se les daría una lección inolvidable a quienes se creen dueños del país, porque toca reconocer siempre han tenido la sartén por el mango por culpa de nosotros mismos.

Lo que pasó en la ciudad de Cali es increíble, la autoridad electoral violentando los derechos de los ciudadanos. Los viola el ejecutivo en lo nacional y territorial, del distrito capital ni hablar. Lo que se viene y seguirá destapando sobre corrupción deja claro que el único enemigo de Colombia no era la guerrilla, como creía el transparente y súper honesto gobierno anterior el inolvidable “uribius corruptus”. No milito ni tengo simpatías por el movimiento Cambio Radical, pero apoyamos las decisiones que valiente y arriesgadamente con su propia vida ha tomado su coyuntural presidente. Así como las demás organizaciones políticas se deben depurar o se deben depurar porque finalmente son ellos lo responsable de agrupar a quienes piden el voto para ocupar los cargos de elección. Controlar los dineros calientes y corruptos en las campañas electorales no puede seguir siendo misión imposible. No podemos aceptar que la justicia y las élites territoriales permitan que una actividad que genera más algo cerca al 4% del PIB (narcotráfico) maneje la cantidad de poder en presupuesto y curules que maneja en algunas regiones.

Que no siga operando y generando resultados increíbles la política del tamal, la lechona y la cerveza y trago desproporcionados, no es posible que algunas personas se alimenten bien por unos días de campaña y elijan a quienes serán sus mismos verdugos por cuatro años. Y más  grave todavía que no sea por un platico de colesterol sino por “papeles con números de hasta cincuenta mil” que algunos candidatos y sus “jefes” de campaña por nuestras calles, por estas épocas cargan en bolsas y maletines que sirven para comprar votos y conciencias de algunos líderes que con su proceder no hacen más que allanar el camino para que quienes ganan las curules y el poder lleguen a multiplicar su “linda inversión” para su propio beneficio  a costillas del mismo pueblo que los eligió y millones de bogotanos y colombianos de bien que cumplida e inocentemente seguimos pagando los miles de millones de pesos en impuestos. Eso sí… utilizan hasta los últimos avances tecnológicos como las cámaras de los celulares para pagar el voto, se le toma la foto al tarjetón como prueba y listo cobras tu dinero y todos felices....

Ahh… existen otros casos como el de aquellos que dilapidan parte de sus fortunas con el único objetivo de ganar como doptores elegidos reconocimiento que de otra manera nunca tendrían, esos son iguales o peores que los corruptos porque llegan a ocupar los cargos sin ningún tipo de preparación ni conocimiento sobre qué es lo que tienen que hacer para trabajar por el “pueblo” que van a representar permitiendo con su incapacidad que los corruptos se diviertan a sus anchas navegando por aguas mansas para conseguir sus oscuros objetivos.

            Twitter:  @jairoamezquita