7 de febrero de 2013

Tratado del mercurio

 ESQUINA AMBIENTAL  


Luego de siete años de análisis de la problemática y de negociaciones multilaterales, 140 países, entre ellos Colombia, adoptaron la primera convención internacional para regular el uso del mercurio en procesos industriales, de minería y productos de consumo humano con el fin de proteger la salud humana y el medio ambiente. La firma de la denominada "Convención de Minamata sobre Mercurio "se hizo el pasado 18 de enero al término de la quinta y última reunión del Comité Internacional de Negociación, celebrada en Ginebra (Suiza), y en la que tuvo un liderazgo preponderante la delegación oficial de Colombia. Se logró incluir un artículo que busca salvaguardar la salud humana mejorando la atención médica y el entrenamiento de profesionales de la salud para identificar y tratar dolencias causadas por el mercurio. Adicionalmente, Colombia lideró una propuesta innovadora relativa al mecanismo financiero del convenio, a través del cual se garantizarán los recursos que necesitan los países en desarrollo para acceder a este nuevo convenio. 


Colombia también se destacó por presidir el grupo de contacto que desarrolló los mecanismos de observancia y cumplimiento del convenio y por recibir el "Mercury Club Bronze Award", reconocimiento otorgado gracias a las gestiones realizadas por la Cancillería y la Oficina de Asuntos Internacionales del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Dichos Ministerios reunieron, en Bogotá en noviembre de 2012, a los representantes de los 33 países de América Latina y el Caribe, quienes acordaron posiciones regionales antes de la última reunión de Ginebra. 

El mercurio, según los estudios más actualizados, es una neurotoxina que afecta el sistema nervioso central y el cerebro, especialmente en los más jóvenes. También causa daños a los riñones y otros sistemas del cuerpo como el respiratorio, el gastrointestinal, el hematológico, el inmunológico, así como los órganos reproductivos. Además, el mercurio es una sustancia capaz de trasladarse libremente a lo largo de grandes distancias y que es acumulada en animales y vegetales que, a su vez, son alimentos para el hombre. 

El propósito es aprovechar la Conferencia de Plenipotenciarios, que se realizará en la ciudad de Kumamoto (Japón) en octubre de 2013, para que Ministros de varias naciones puedan firmar el tratado. Una vez el tratado reúna 50 ratificaciones éste entrará en vigor. En el caso de Colombia, la ratificación debe estar precedida de un proyecto de Ley que apruebe dicha ratificación, seguido de la aprobación de su constitucionalidad por parte de la Corte Constitucional.





DE VUELTA A LAS AULAS

DE PROVINCIA 


Por: Carlos José Bolaños


Se inicia el año escolar con la recomendación del Banco Mundial, conjuntamente con la OCDE, sobre la necesidad de mejorar la educación y propone crear el grado 12. El Espectador en sus editoriales, Mala Lectura y Educación, Dilema Educativo, se muestra preocupado por malos resultados de las pruebas internacionales Pisa, y las nacionales Saber 11 y Saber Pro. 

Se preguntan dónde radica el problema de la mala comprensión de lectura y racionamiento matemático. Pienso que pueden ser efectos de la promoción automática que rigió hasta hace poco, la ampliación de la cobertura, acomodando 50 o 60 alumnos en aulas diseñadas para 30 a cargo de un solo maestro. En el desestimulo al educador, profesional poco valorado en Colombia, al pasarlo del sistema de contratación a término indefinido por el de prestación de servicios por 85 días, motivado por el recorte de las transferencias en el año 2001. Agreguemos: ahora cualquier profesional puede ser maestro, sin tener formación pedagógica, sin ser normalista. 

Quienes tengan oportunidad de hablar con la señora Ministra, eficientísima funcionaria del sector empresarial, CCB, sector que conoce profundamente, claro totalmente diferente al educativo, podrían sugerirle que antes de gastar dinero en expertos, hablara directamente, en su sitio de trabajo con los maestros, los servidores peor pagados en el sector público, (17 o 19 años de estudio para licenciarse. Un maestro, cuesta menos que sostener un preso); mirar los programas exitosos que se han ideado en otros países, que están en Colombia y en Latinoamérica desde hace más de 20 años y obtener con ellos una especie franquicia. Por ejemplo el método Kumón (ahora con IVA), cuyo objetivo central es formar autodidactas, hacer del estudio un hábito diario, puede ser una buena solución para estudiantes con problemas detectados y otras complicaciones. En Fontibón y localidades vecinas el ruido estruendoso, ensordecedor de los aviones produce un pare y arranque de la clase que empeora la enseñanza. 

Eduardo Escallón (UNIANDES) opina que la solución no es un listado de contenidos, ni cursos, sino un enfoque de competencias, habilidades y actitudes. El verdadero problema es que nuestros gobernantes, históricamente, no han priorizado la educación; los mayores recursos son para atender la deuda, la guerra, y elecciones. Como si fuera poco la guerrilla destruye la escuela de Balsillas. 

E-mail: carlosjosebol@hotmail.com





Carta pública a don Hernán Peláez

(Febrero 06 de 2013). Publicado en el N.S. 

Por : Horacio Serpa

Apreciado Hernán:

Supe por la revista Semana de su cumpleaños número setenta, celebrado en el calor de su familia y de sus amigos. Lo felicito. Llega usted a esa edad en buen estado de salud y con el goce pleno de las facultades intelectuales, como lo sabemos los fanáticos del fútbol y los admiradores de La Luciérnaga.

De su obra y milagros sabemos los colombianos por su trayectoria en el periodismo, por Caracol y por el libro que publicó Edgar Artunduaga, que leí con satisfacción.

Le escribo porque también entré al círculo de los setentones. Es realmente satisfactorio. Son pocos los que de niños oyeron hablar de Pedernera, Diestéfano, Rossi, Julio Cossi y escucharon las hazañas del Real Madrid hace más de medio siglo. Los muchachos de entonces gozamos las narraciones deportivas de Carlos Arturo Rueda, a quien no hemos olvidado, como a usted lo recordarán con alegría los amigos del fútbol durante el resto del siglo.

Le confieso que tenía mucho miedo de llegar a los setenta. Semanas antes fui a un chequeo médico ejecutivo del que salí entre contento y turulato pues los médicos me dijeron, sobre las dolencias y síntomas que les conté: “no se preocupe, a su edad es natural”. Medio conforme e intrigado les pregunté si me formulaban algún medicamento y me contestaron que “todavía no se ha inventado nada apropiado, pero le informaremos si se descubre algo novedoso”.

Volví a la carga preguntándoles si podía seguir tomando omega 3, espirulina, uña de gato, ginseng, ginkgo bilova, centrum, palmeto y CQ-10, comprados a escondidas de Rosita en un reciente viaje a Miami: “No sirven para nada, pero si lo hace feliz siga consumiéndolos”, me contestaron.

Motivos de alegría, muchos. En los circos y museos solo se paga la mitad del precio de entrada; no nos dan pase para conducir y así evitamos accidentes; las señoritas nos ceden la silla en el bus; no hay que hacer colas ni siquiera el día de las elecciones porque la mayoría de los del censo electoral ya no son de este mundo.

Cuando comentan algo desagradable decimos que no escuchamos; si nos preguntan por cosas del pasado podemos explicar que no nos acordamos; hay ascensores exclusivos para niños, discapacitados y ancianos; nos podemos salir de las conferencias cansonas y nadie dice nada. Y ahora ya es de recibo hablar, en las reuniones sociales y políticas, de las aventuras y desventuras de la próstata.

Llegar a estas alturas es un privilegio. Desdichados los jóvenes y de malas los que no puedan pasar de los cincuenta. De la que se van a perder. Especialmente los políticos, porque solo en la cuarta edad se puede decir con satisfacción que no se tienen críticos ni malquerientes. Como en el cuento de la viejita a la cual el Sacerdote, diciendo el sermón del perdón, le preguntó si tenía enemigos, a lo que respondió: “Ni uno solo, Su Reverencia; afortunadamente ya se murieron todos esos ‘hijuepuercas’”.


Twitter: @HoracioSerpa