29 de junio de 2011

El trío de huevitos

Recordando el jocoso e retórico tema de cuidar los huevitos y sabiendo lo que nos hemos venido enterando con el transcurrir de los meses en que la “Casa de Nari”, al parecer está recuperando sus viejos fueros volviendo a ser no una cueva de personajillos de dudosa reputación sino la casa de los presidentes de la república, sería oportuno conocer cuál ha sido el destino de los cacareados huevitos se relacionan con el destino de su agrupación electorera, la seguridad ciudadana y la honestidad en el manejo de los recursos públicos.

Si la cosa… es bien simpática, si miramos las declaraciones del saliente presidente del senado, distinguido representante de la agrupación de marras, desgarradamente acepta que su “partido” parece más un conglomerado de gente para buscar un umbral que un partido. “La U es el partido del Presidente, el partido mayoritario pero estamos atrás. La U es un desorden, no tenemos candidatos fuertes en ningún lado, en ninguna ciudad, para ninguna gobernación. Lo que hay que hacerle un llamado fuerte a la dirección de La U”. Bien sintomático de una agrupación que se autoproclama como a primera fuerza que ni siquiera tenga candidato propio en la capital de la República. “Las oficinas son viejas, está quebrado, no está sintonizado con el país y las estructuras regionales se detestan con las nacionales”. En conclusión el huevito se les rompió.

Qué decir del tema de la seguridad ciudadana el microtráfico, el raponazo, el atraco, el fleteo, el homicidio, las pandillas, las ollas, las riñas son expresiones de la delincuencia urbana que se ha generalizada y no a causa de la “percepción” como aseguran algunos en la administración sino que es una tragedia que padecemos cada vez más ciudadanos. Muy seguramente a causa de la equivocada  política de reinserción de coyuntura promovida desde la nación, al creciente desempleo y por supuesto a la pobreza y miseria que nos deja el equivocado modelo económico imperante. Y el ministro de defensa que nos dejó la oscuridad al que no le hacen caso los militares y lo poco que se había alcanzado con la seguridad democrática se le ha ido desmoronando porque reductos de narcoterroristas siguen haciendo de las suyas en las carreteras colombianas. En conclusión otro huevito vuelto trizas.

Y de la “transparencia” en la administración pública, parece más bien un chiste de mal gusto porque lo que tenemos es que ninguno de los “altos” funcionarios de la nefasta administración nacional de la oscuridad desarrolló su gestión sin que se generaran pérdidas cuantiosas para el patrimonio de los colombianos y al parecer y que a pesar que digan “que fueron sus funcionarios” o “no fue su intención” o “no era ilegal” en buena hora no se van a salvar de un investigación, condena, orden de captura de la Fiscalía, la Contraloría y/o la Procuraduría, que a propósito  valga la pena resaltar la gestión que han desarrollado a pesar de las pocas expectativas que habían levantado por su extracción política en el caso del Procurador. Sería tan pésimo el ejemplo de los nuevos códigos de ética y moral que estaban implantando en los manejos de la cosa pública que el ejemplo cundió hasta la administración de Bogotá y se nutrieron las arcas de unos cuantos en contravía de los intereses de las mayorías….  En fin, otro huevito que aparte de completamente roto es tremendamente maloliente.

Reiteramos nuestras esperanzas positivas porque la sociedad aterrice, despierte del letargo y por fin entienda en que clase de oscura noche hemos estado para que jamás de los jamases se repita en la historia otra de las mismas.

              Twitter:  @jairoamezquita