En esta semana ha estado bien movida está la cosa política, menos en el canal de televisión, allá se preocupan solo de la triste noticia del fallecimiento del JOE pero no por expresar condolencias, sino para garantizar sus extraordinarias ganancias por la oportuna serie. Si se movió la cosa, la justicia continuó galopando y se conocen medidas disciplinarias y penales como de costumbre en los últimos meses en contra de los cómplices del régimen de la ignominia y la putrefacción, que en lugar de salir a defender a aquellos que fueron sus esbirros, con argumentos a demostrar que los delitos por los que se les acusa no tienen por qué serlo, no en lugar de eso sale a trinar y a vociferar en contra de los que trabajan a favor de la justicia con argumentos traídos del cabello, deja traslucir con eso su enorme preocupación sobre el futuro que le espera a su gabinete y a sus allegados y a El mismo.
Pasando a temas nada escabrosos y de relevancia para el futuro de la ciudad se debe informar que David Luna quien representa el presente y el futuro para sacar a Bogotá de la crisis en que se encuentra y cuya frase de batalla y de compromiso es “Aquí está el Cambio” inscribió su candidatura el pasado Jueves en la Registraduría Distrital en medio de un nutrido grupo de jóvenes con esperanza de futuro, dirigentes comunitarios y sociales, aspirantes a corporaciones y ciudadanía en general sin tinte partidista. Infortunadamente no nos podemos olvidar que también habrá candidatos que representan lo escabroso y el pasado, así como las prácticas del “todo vale” como aquel que esta hoy unido como hermano siamés con todos aquellos que se encuentran en investigación por peligros nexos, arbitrariedades cometidas en ejercicio del poder y que se identificarán con los dos loguitos de la alianza por el todo vale sin importar principios, antecedentes, lealtades, moral, ética como lo demostraron durante el tiempo en que estuvieron en el gobierno nacional y distrital y que buscan mantener a toda costa. También está el candidato que cree que con haber hecho unas denuncias sobre corrupción de la administración distrital de sus copartidarios y correligionarios de la cual hizo parte en su elección y en su desarrollo, denuncias sobre corrupción y malos manejos de sus iguales, que de por sí que todos ya sabíamos que existían. Trata de hacer distancia porque “denunció” sin mencionar ni un solo nombre de un presunto culpable en un claro aprovechamiento y golpe mediático oportunista auto abanderándose de la moral y la transparencia para buscar sus personalistas fines electoreros, haciéndonos recordar el estilito del dueño del ubérrimo al que dice aborrecer pero que se identifica en prácticas oportunistas y mediáticas.
No señores, no nos vamos a dejar confundir por quienes pretenden mantenerse en el poder en nombre propio o en cuerpo ajeno para satisfacer ambiciones dirigidas a sus propios intereses y no los inmensos problemas en seguridad ciudadana, movilidad, retraso en infraestructura, violencia, etc., no escucharemos cantos de sirena para naufragar, sino que elegiremos la mejor opción de una persona relativamente joven pero con mucha experiencia al servicio de la ciudad desde su percepción y ejecutorias como dirigente comunal, edil, concejal y congresista que viene proponiendo un programa de gobierno serio y viable que fue construido con la participación de miles de ciudadanos por todos los barrio de la ciudad capital. De verdad podemos estar muy optimistas que sacaremos a Bogotá del hueco de corrupción y atraso que nos han quedado después de casi veinte años de administración de quienes hoy tercamente aspiran a quedarse con el poder para seguir haciendo fechorías a favor de sus bolsillos, con un tufillo parecido y de similares dimensiones a un tiranillo de un país no tan lejano llamado Macondia Ubérrima.
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