En nota anterior nos
referimos a la educación universitaria pública. La privada ha cargado con la
enorme responsabilidad de formar la clase dirigente desde 1592, 1623, 1639 y
1653, fecha de la fundación del Colegio San Bartolomé, las Universidades Javeriana,
Santo Tomás y El Colegio del Rosario, respectivamente. Tenemos muy claro que allí dan una formación
bajo los más sanos y rigurosos
principios éticos y morales. Con
esos parámetros educativos, tan bien inspirados, no se entiende por qué se firman contratos y concesiones tan
desventajosas y somos el tercer país más desigual del mundo.
Hacia finales de 1948
fundan la hoy más grande universidad privada laica, la de los Andes, después de Universidad Nacional,
(ocupan el puesto 550 y 450 en el mundo respectivamente) El crecimiento de universidades privadas a
partir de la fundación de la Libre, 1923, a la fecha ha sido extraordinario.
Sin embargo no alcanzan a cubrir toda la demanda debido a los costos y al
rápido y descontrolado crecimiento de la población. Es posible que haya más de
100 establecimientos universitarios, incluidos los técnicos y tecnológicos con
alrededor de 1650 programas que ni los mismos profesores saben para que sirven.
El mismo Estado
admite que tenemos una educación de mala calidad. Responsabilidad directa de los gobiernos que hemos tenido.
Los semestres educativos, son de tres meses. Es costosa; lo satisfactorio es
que invierten en buenas construcciones y
mejoran el entrono. La gran
ventaja es que hay carreras nocturnas, a
crédito, amortizables en cómodas
cuotas, a un interés no tan cómodo. Para
corregir las deficiencias del
pregrado diseñaron, especializaciones,
másteres, doctorados, etc. Dependiendo
de la universidad de la que se egrese,
puede desempeñarse como ministro o asesor (antiguo auxiliar), ganarse N salarios
mínimos o el mínimo. Recordemos
que estamos en el tercer país más
desigual del mundo.
Algunas universidades se han trasladado
del centro al norte. Una comunidad ha
tenido el noble gesto, o responsabilidad social de hacerlo hacia el sur
y ha construido en Fontibón un excelente
colegio en Ciudad Salitre y si no fuera por la caprichosa división
político podríamos decir que dos, y una señora Universidad, con un verdadero
campus en la antigua Hacienda de El
Tintal que nos perteneció cuando éramos
municipio cundinamarqués. Creo que las localidades de Fontibón, Kennedy y todas las beneficiadas están en mora de hacerles el respectivo
reconocimiento, a esta legendaria comunidad Agustiniana. Es algo muy
significativo y no puede pasar
desapercibido.
Llama la atención el
poco interés del sector oficial por la educación que ellos mismos financian. Un
departamento hizo un convenio con una
buena universidad privada, para financiar el 75% a los estratos 1,2,3. Los
favorecidos deben aportar el 25%, entre $ 2 o 3 millones, mientras que su
propia universidad vive en la penuria.
Si de verdad las partes en conflicto
sinceramente quieren la paz deben comprometerse a que los recursos
que se queman en la guerra vayan al sector educativo, la
ciencia, la tecnología, la innovación, a la salud, a la vivienda, en lo
social.
E-mail: carlosjosebol@hotmail.com
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