Janer de Jesús Sarmiento fue sentenciado en primera instancia a pagar 4,6 años de cárcel (56 meses) y 51´581.250 pesos (87,5 salarios mínimos mensuales legales vigentes), por transportar 2,9 kilogramos de carne y restos corporales de carne de tortuga Icotea. Así lo decidió el Juez Treinta Penal del Circuito de Bogotá, quien lo halló culpable del delito de ilícito aprovechamiento de los recursos naturales renovables, con el agravante de recaer sobre una especie amenazada como la Icotea. Este proceso inició en abril de 2012, cuando Sarmiento intentó ingresar a Bogotá una nevera con los 2,9 kilogramos de tortuga.
Sin embargo, la Policía Nacional y la SDA lo detuvieron en la Terminal de Transportes del Salitre, decomisaron la mercancía y pusieron en caso en manos de la justicia. Durante las audiencias preliminares, Sarmiento aceptó la totalidad de los cargos que le fueron imputados. Según la SDA 2,9 kilogramos representan la muerte de aproximadamente 150 tortugas, las cuales son torturadas por los traficantes de fauna silvestre para extraer la poca carne de su cuerpo.
Los argumentos que llevaron al juez a determinar la punibilidad fueron la certeza sobre el carácter vulnerable y controlado de la especie fáunica; la evidente ausencia de un salvoconducto para justificar el transporte de los restos animales; y la realización consciente y voluntaria del transporte de la carne de tortuga. “Todos los animales silvestres merecen vivir en sus ecosistemas naturales, y no encerrados en jaulas o viviendas donde los adoptan como mascotas. El caso de las tortugas es mucho más alarmante, ya que además de extraerlas de su hábitat natural, son sometidas a crueles prácticas para extraer su carne, como meterlas vivas en ollas con agua caliente y abrir sus caparazones. Por esta razón esta condena es ejemplar y sirve de ejemplo para que no sigamos atentando contra nuestros recursos naturales”, apuntó el Secretario Distrital de Ambiente.