3 de junio de 2010

MACONDIA



Hoy voy a comentar sobre un país imaginario que no es el mío, porque de serlo seguro habría preferido nacer en otra tierra o por lo menos en otro momento histórico. Se trata de Macondia una finca grande gobernada por Alvaraco Ubérrimo en la cual todos sus borregos lo idolatraban más que a cualquier divinidad y eso que sólo los mantenía a punta de discursos de encantador de serpientes y sus prácticas eran las mismas del personaje de Leyenda de la Edad Media “Robin Hood”, pero al contrario, es decir robaba a los pobres para darle a los ricos. El desempleo es ese triste país era del 25%, o de pronto más porque los acróbatas de los semáforos figuraban como empleados en la población económicamente activa, los beneficios de la confianza inversionista se manifestaban en casi el 60% de pobreza, el pobrecito sector financiero tenía un escaso margen de intermediación que apenas era uno de los más altos del mundo y sus utilidades se contaban por trillones, la economía crecía pero la miseria también, y los borregos vivían cada vez más felices y querían que su mesiánico capataz nunca se fuera a ir. Alvaraco no era ni soberbio ni ególatra, por lo que no aspiraba a la re re re re re elección pero la caterva de cómplices que lo acompañaba hizo todos los esfuerzos para mantenerlo, sin embargo, no pudo en nombre propio, por lo que consiguió un hijo bobo para que lo reemplazara y claro que lo consiguió era otro pobrecito de sus cómplices cuyo mayor valor era haber trabajado trabajar con todos los capataces que había tenido Macondia sin preocuparse de los colores o pensamientos políticos porque Él era todo un arco iris de la coherencia en la medida que sus apetitos personales fueran satisfechos. 

Se trataba de Juanma Alimaña quien en su último ministerio no había hecho negocios con el presupuesto militar, ni ponía a pasear a sus hijitos con sus amigotes en los avioncitos del ejército. Juraban que acabarían con los bandoleros de las FRAC, claro él mismo se había paseado con los comandantes pocos años antes e incluso había complotado con ellos para tratar de tumbar un capataz ocho mil veces recordado. Juraban que la pelea era dura y que los habían acabado… pero esos bandoleros de las FRAC se seguían divirtiéndose por todos los rincones de la finca mofándose sobre su derrota y secuestrando más borregos y dejando morir otros en cautiverio. Y mientras tanto los otros cómplices de los compañeros del capataz se iban de temporada a las cárceles porque a doña Justicia si no habían podido avasallar en su totalidad, claro decía el capataz “mientras no vayan a la cárcel pueden votar” en absoluta coherencia con los nuevos códigos de ética y moral que habían impuesto en la finca. Y llamaban a simulacro de elecciones para elegir el nuevo capataz y algunos con conciencia esperaban que los borregos entendieran y recapacitaran sobre su futuro, pero no… preferían seguir corriendo hacia el matadero y “no retroceder” porque querían mantener la inseguridad urbana, la corrupción desbordante, a las FRAC, a los desplazados, los falsos positivos, a personajes ilustres en el poder como don Uribito Carimagua para que siguiera repartiendo honestamente los AIS, las exenciones al gran capital, los campesinos sin tierra, los terratenientes con tierras subsidiadas cultivando palma y flores porque la comida se importaba. En esa finca de marras el sistema de salud había estallado, pero los borregos seguían felices, anochecía a las 10 PM para el recargo nocturno y las pensiones para el escaso empleo formal eran más fáciles a los 60 años de trabajo con cualquier edad. 


Y Juanma Alimaña se reunía el viernes anterior al simulacro con el director de orquesta del sindicato de quienes recogían los datos para constatar que la infraestructura informática para los resultados estaba blindada y no se podían hacer fraudes, por eso los datos se demoraron tanto, que buen hombre. Y mientras tanto el dueño de la finca vecina un tal Chabestia Frías feliz como nadie porque con Juanma de capataz en Macondia seguirían intercambiando improperios para que sus borregos despertaran nacionalismos estúpidos y se mantuvieran idiotizados por la eternidad y los reeligieran a ellos o sus hijos bobos por siempre. Afortunadamente…. Yo no vivo por allá.