26 de marzo de 2010

Profunda confusión


Hoy más que nunca me encuentro sometido a una profunda confusión (“encrucijada en el alma”, diría el encantador de serpientes) no puedo creer que los principios y convicciones que he tenido durante la mayor parte de mi vida no sean los correctos, lo que querría decir que me equivoqué de cabo a rabo al tratar de aportar nuestro grano de arena en la construcción de una sociedad mejor para todos los colombianos, de ninguna otra forma me puedo explicar no sólo los resultados del pasado 14 de Marzo, sino los resultados de las primeras encuestas sobre intención de voto para las próximas elecciones presidenciales. Es totalmente lamentable que los colombianos les den su aval a los candidatos del régimen imperante para que esté se mantenga en los próximos años por interpuesta persona. Se pregunta uno adonde queda la sensibilidad de su propia situación frente al drama social y económico en que vive la mayor parte de nuestra sociedad, es más muchos de los que padecen la situación dan su apoyo porque consideran que ahora sí desarrollarán las políticas que le permitirán salir de su situación o todavía creen que el gobierno no tiene culpa en la misma. El gran Satán de la simbiosis perversa siguen siendo las narcoterroristas FARC, “la culebra sigue viva” es lo que atina a decir el encantador mesiánico sin reconocer que a esa culebra no se le mata con sólo bala, cuando entenderemos que la cabeza de esa serpiente sólo se extirpa quitándoles las fuentes de financiamiento para su subsistencia o sea el narcotráfico, pero claro al régimen no le conviene porque acabar con la serpiente porque sino con que mantendría al pueblo obnubilado para garantizar mantenerse en el poder para seguir acrecentando las arcas de los dueños del gran capital. Por supuesto no le conviene que llegue un gobierno con un modelo que pretenda coger el toro por los cachos acabando el narcotráfico como se debe y haciendo Inversión Social y haciendo que la acción del estado vaya adonde debe ir, o sea las mayorías desprotegidas e incultas políticamente.

Como es posible que en la misma encuesta de marras los entrevistados afirmen que los principales problemas del país radican en el desempleo, el modelo inequitativo de salud, el desempleo, la miseria, la creciente corrupción de lo público y a su vez, digan que las soluciones las implementarán aquellos que no han hecho cosa diferente en los últimos doce años que participar de un régimen que en lugar de establecer políticas para disminuir esa problemática, las ha incrementado… Qué paradoja, la misma de la cual uno se acuerda con la frasecilla refiriéndose a sus congresistas “mientras no estén en la cárcel pueden votar”, ahora salen a decir que el PIN es una mala compañía cuando a todas luces han sido beneficiarios y cómplices del régimen. Además, como si en sus listas no hubiese personajes con similar historia.

Si… definitivamente ante este oscuro panorama que se avecina si las tendencias de la opinión se llegan a confirmar, no queda camino diferente a buscar otros senderos diferentes a nuestra patria, o por lo menos acallar nuestra voz porque pareciera ser que el equivocado ignorante es uno mismo. Por lo que me dedicaré a opinar sobre otros temas que vienen a ser más importantes según bastante gente.
 
 

19 de marzo de 2010

¿Hubo ganadores?


En las elecciones de Congreso efectuadas el pasado domingo, el gran ganador fue el Partido Liberal Colombiano que a pesar de cargar un lastre del cual no es culpable, porque en los últimos 12 años ha estado fuera del poder y no se ha prestado a todo el clientelismo, corrupción e indolencia del régimen, mantuvo su representación en el Congreso de la república, obtuvo la mayor votación individual para cámara de todo el país en cabeza de Simón Gaviria e incluso ganó una curul adicional en la Cámara de Representantes en la bancada de Bogotá D.C., a las dos que tenía a pesar de todas las dificultades que se observaron en la jornada electoral. Nuestra bancada por Bogotá además de Simón queda en cabeza de Pablo Enrique Salamanca y Orlando Velandia. La copiosa votación para el Partido demuestra que existe un sector importante de colombianos que premiaron la coherencia política y el sentido de patria que ha demostrado el Partido en estos doce años de penumbra para los derechos de las mayorías.

Se observó que también ganó la ya tradicional abstención y las tarjetas no marcadas y los votos nulos por lo difícil del voto para muchos. Ganó el fraude electoral según denunciaron varios observadores internacionales que la Organización de Estados Americanos (OEA) desplegó por el país en misión de observación electoral. Sin ser miembros de esa comisión podemos decir que en la ciudad y la localidad brilló la compra de conciencias que por unos viles billetes dieron su respaldo a los partidos del régimen traicionando sus propios ideales y compromisos partidistas. Y qué decir de las numerosas denuncias de compra venta de votos en departamentos como Atlántico, Bolívar, Magdalena, Nariño, Norte de Santander y Cundinamarca. La Misión de Observación Electoral (MOE) ratificó este hecho y sentó posición manifestando que estos fraudes "implican un verdadero obstáculo a superar en el proceso democrático de ese país". Pese a una abstención de alrededor del 60%, los ciudadanos que acudieron a ejercer su derecho al sufragio fueron presionados por grupos de narcotraficantes armados para favorecer candidatos de la ultraderecha colombiana. Hace menos de un mes una Misión Internacional de Observación Electoral integrada por ONG´s de México, Estados Unidos de América y Canadá visitó Colombia y denunció que senadores y congresistas del gubernamental Partido de la U chantajean y amenazan a ciudadanos colombianos para comprar su voto.

El partido Verde se puede considerar ganador al obtener una decorosa votación que le permitió obtener representación parlamentaria y un candidato presidencial que seguramente hará un importante papel en el proceso que se avecina. No considero que se puedan dar como ganadores a los partidos abyectos al régimen porque sus resultados eran de esperarse por la ceguera en que muchos todavía viven de una parte y por la falta de cultura política y las presiones indebidas de otra. Al contrario considero que el gran perdedor fue el pueblo colombiano al que dar más del 55% del Nuevo congreso en manos de aquellos que en los últimos años no han hecho cosa diferente que legislar en contra del pueblo, con sus brillantes reformas laborales, pensionales, tributarias, financieras, agrarias y sociales que nos han sumergido en los índices de desempleo, miseria y deterioro en la prestación del servicio de salud que pareciera que a muy pocos les importa, porque si así lo hicieran muy seguramente no hubieran decidido como lo hicieron. Qué decir de los errores cometidos por el órgano electoral al no preparar suficientemente los jurados y el desastre de los sistemas de información para los escrutinios. Es hora de presionar que estas jornadas electorales sean sometidas a cambios en la forma de votar y en la implementación del voto electrónico.

Ahora viene el proceso electoral para elegir un nuevo presidente y si la tendencia del domingo se mantiene que tristeza de panorama que tenemos, no habrá esperanza de futuro para las mayorías sólo habrá más y más de lo que nos ha tocado sufrir en este nefasto período. Afortunadamente las presidenciales tienen algunas diferencias con las de Congreso y los candidatos del nefasto régimen no son lo suficientemente carismáticos y embelesadores como culebreros de pueblo como lo ha sido quien por fin entregará las llaves de la “Casa de Nari”. Esperemos que se pueda recobrar la majestad de la casa de los presidentes para que vuelva a ser el Palacio de Nariño y no continúen reinando la politiquería (esa sí…) y corrupción que ha estado morando y campeando allí.

 



11 de marzo de 2010

¿Será Posible?



Según las últimas proyecciones conocidas que se basan en el promedio de varias encuestas y el concepto de varios analistas políticos el Congreso quedaría integrado con la mitad más uno por parte de los partidos o movimientos “U”, Conservador y PIN. Si eso se confirma después de los escrutinios de las elecciones que se presentan este domingo el panorama que nos espera a los colombianos no es muy halagador. No podremos esperar situación diferente en los temas de desarrollo económico y social, corrupción, ausencia de control político eficaz, estado populachero repartiendo el presupuesto en programas de subsidios sin política seria de empleo y productividad, en fin más pobreza, desempleo y falta de oportunidades. Realmente es increíble que los colombianos premien un régimen cuyo único objetivo ha sido la de una seguridad democrática con algunos resultados pero demasiado costosa y sin final exitoso previsible. Pero bueno eso será lo que tendremos que seguir aguantando gracias a la indolencia e ignorancia política de muchos colombianos. Me niego a creer que se cumplirá lo que pregona aquel refrán de la sabiduría popular “el pueblo se merece a sus dirigentes”.

A las personas que nos dan la oportunidad de compartir unos criterios y opiniones los convoco a multiplicar esfuerzos y hacer lo posible por aportar nuestro grano de arena para tratar de evitar que ese oscuro panorama se haga una triste realidad, no podemos acompañar a los partidos que na sido cómplices y condescendientes con la “hecatombe social y económica a que nos ha sometido el nefasto régimen”. En el partido liberal hay excelentes candidatos al Congreso de la República que han sido coherentes y decorosos en su comportamiento en medio de las dificultades de ser un partido de oposición por ya doce años en lo nacional y diecisiete en lo distrital. Nombres que han estado y aspiran a volver al senado como Juan Manuel Galán, Fernando Cristo, Piedad Córdoba, Camilo Sánchez, Yolanda Pinto, Simón Gaviria, Edgar Artunduaga, Fernando Duque, Luis Fernando Velasco, así como importantes figuras de la academia y la opinión que no hacen hoy parte pero aspiran a integrarlo como Felipe Zuleta, Clara Rojas, Socorro Jaramillo, y otros tantos brillante nombres que integran la lista liberal al senado y a la cámara de representantes son prenda de garantía que de perpetuarse el nefasto régimen tendrán una voz que estará siempre presta a enarbolar y defender los intereses de las mayorías desprotegidas y empobrecidas por la indolencia, impunidad, la exclusión y la indiferencia del régimen.

No permitamos que se reelija la mayoría cuestionada y cómplice del Congreso que termina, elijamos un Congreso independiente y proactivo. Como dice el jingle de los liberales “un voto liberal de verdad” es un voto colombiano de verdad. En el momento de acercarnos a cumplir con nuestro deber democrático para elegir el Congreso de la República, solicitemos los tres tarjetones y marquemos la “L” en el del parlamento andino, la “L” y el número de nuestro candidato al senado, la “L” y el número de nuestro candidato a la Cámara. Mi voto aunque secreto lo dejo conocer en estas líneas para que quienes puedan y deseen nos acompañen... para el senado marcaré la “L” y el número 9 para acompañar a una mujer valiente como GRISELDA JANETH RESTREPO y para la Cámara de Representantes marcaré la “L” y el número 102 por nuestro amigo PABLO ENRIQUE SALAMANCA, personas que en conjunto con sus compañeros de la oposición han estado pendientes por denunciar la corrupción e ineficiencia en la prestación de los servicios públicos domiciliarios y sociales y han ejercido un control político permanente al nefasto régimen a pesar de estar en una minoría que no ha permitido castigar con la moción de censura a varios ministros que no habrían tenido camino diferente a ser condenados con la censura política si las mayorías del Congreso que termina hubieran sido honestas, independientes y decentes y no se hubieran dejado comprar por notarías, contratos, puestos y quién sabe qué tipo de cosas más.

4 de marzo de 2010

Y llega el momento de la decisión


A los colombianos nos asiste la responsabilidad de decidir qué es lo que queremos para la Colombia de los próximos años, el 14 de marzo con nuestro decisorio voto se conformará el nuevo Congreso de la República, si votamos teniendo en cuenta la cubierta del libro y no su contenido y su compromiso y se elige un parlamento similar o peor al que termina, no nos podremos siquiera quejar cuando ese Congreso expida normas legislativas que lesionen nuestros derechos y nuestros mínimos vitales. Por eso recomiendo seguir el refrán que mi abuelo tenía “ladrón que roba ladrón tiene cien años de perdón” y rapar la mano del delincuente que nos ofrece unos viles billetes por nuestra conciencia, comernos cuanta lechona nos ofrezcan y tomarnos cuanto licor haya disponible de aquellos que llegan prometiendo cuanta cosa suena bonito a nuestros oídos pero que con toda seguridad si llegan a conseguir su onerosa curul legislarán a favor no de los intereses de los cuales hoy dicen defender sino por los intereses de aquellos por quienes tienen hoy los malditos billetes que les sirven para comprar conciencias hasta de líderes que conducen a aquellos que creen en sus palabras como mansos borregos al matadero…

Creer en aquellos que se comprometen a “repartir tierra a los campesinos” después que estuvieron en la cartera de agricultura dándole tierra a aquellos que no la necesitan; en aquellos que lucharán contra “la corrupción” después de estar en la cartera de defensa gastando desmedidamente en elementos como las pistolas para la policía que no se pudieron utilizar y quien sabe cuántos negocios más que ya no iremos enterando, en aquellos que pregonan políticas de empleo después que votaron como congresistas reformas laborales y pensionales en consonancia con los dictámenes del régimen que ha favorecido solamente a los dueños de las empresas ineficientes y parásitas que con sus buenas obras nos han conducido a soportar sólo crecimiento en los índices de desempleo, miseria y exclusión que hoy campea en nuestra inculta sociedad que todavía defiende su verdugo porque considera que el único Satán es la desgraciada y terrorista guerrilla. Si les damos de nuevo las mayorías a agrupaciones indolentes como la U, conservador y otros sectorcitos politiqueros afectos al régimen más oscuro será el panorama de que nos espera en cuestión de dignidad y un mínimo de equilibrio social y económico. Nuestra sociedad debería ser más responsable y considerar sobre la importancia sobre su voto y mirar cuales son las propuestas políticas que son serias, acompañar un partido que ha sido coherente y propositivo en estos años de tiniebla corruptora y clientelista, que no se dejó comprar por las prebendas del régimen y por el contrario le ha hecho férrea oposición a lo que ha considerado lesivo a los intereses de las mayorías. Los postulados del liberalismo colombiano, fuerza democrática y popular que tanto bienestar le ha procurado a la nación, a pesar de sus errores de un pasado ya remoto errores que no se pueden ni comparar con las porquerías de la corrupción y la concentración desmedida de la riqueza de los últimos doce años.

El liberalismo, como potencia y constante democrática de la atribulada nación, si la sociedad así se lo otorga será indiscutible aglutinador de las fuerzas progresistas para reconstruir la democracia en el camino de construir una sociedad más justa, igualitaria y participativa. Las convicciones radicales que lo acompañan en materias de defensa y seguridad nacional harán que se tomen decisiones drásticas sustentadas en prácticas y políticas de la defensa acérrima e insoslayable del Estado de Derecho, principio cardinal del liberalismo político. De tal suerte, que si los colombianos queremos una sociedad posible y sostenible votaremos en verdadera conciencia por las listas del partido liberal.


Saludo David Luna