17 de febrero de 2011

A propósito del paro de camioneros

Por enésima vez nos quedarán amargas experiencias como resultado del paro de camioneros y sus secuelas a los colombianos y a los bogotanos gracias a la absoluta falta de planeación por parte de los gobiernos frente a las previsibles consecuencias de la decisión de “acabar” con las listas de fletes referencias para los transportadores de carga, cualquier mortal entendería que necesariamente se iba a generar una fuerte reacción, como efectivamente sucedió. El caos del paro camionero y sus infames bloqueos afectó el grueso de la población colombiana con los incrementos que se vienen en los precios de bastantes bienes y servicios como ya se percibe en varios alimentos, lo que seguramente hará disparar la tasa de inflación y sus perversas consecuencias. Si… la imprevisión fue demasiado grande, cualquiera se acuerda de lo sucedido en años recientes cuando se ha tratado de implementar estas medidas. No puede uno sacar de la memoria al exministro Andrés Carriel quien en el paro de 2004 afirmó con seguridad y sin desparpajo que “jamás” se volvería a tener una situación similar en la historia de Colombia. Otro mal chiste del nefasto régimen. Esperemos que ahora si haya responsabilidades políticas, aunque uno no sabe porque al parecer existe una doble agenda  por parte del gobierno nacional por un lado va el vice por otro los ministros, será que existen diferencias de fondo frente al manejo del estado o es pan y circo para el pueblo y ganas de figurar excesivamente en medios y hacerse a sí mismo la  oposición.

Aparte de la situación en sí de los fletes surgen varias inquietudes en este problema como  el nulo desarrollo de canales de transporte alterno que deberían funcionar como el fluvial, los trenes; qué pasa con la chatarrización, cuales son los “pobres” camioneros. Lo claro, es que si el transporte de carga  no fuera un buen negocio que arrojará utilidades que permitiera continuar en su ejercicio empresarial, no habría interesados en el mismo. Graves lecciones quedan del paro en sí, se privilegió el camino de las vías de hecho sobre el derecho…  si esto hace curso, vayámonos preparando para lo peor. El derecho a la protesta de unos pocos no puede estar jamás por encima del derecho de millones que se perjudicaron por el bloqueo y los precios finales al consumidor.

Y algo que no se puede dejar pasar que fue la pasada de la bolita entre el distrito y la nación que falta de coordinación y de autoridad, el estado es uno solo, que horror el distrito tratando de zafarse de su responsabilidad autorizando las marchas de las tractomulas, que mulas. Bogotá urge de medidas serias con respecto al transporte de carga pesada que no hace sino completar el deterioro de sus vías arterias y el caos generalizado en la movilidad. Por ejemplo la prohibición total de su tránsito al interior de la ciudad y/o la racionalización de los horarios para este tipo de vehículos después de cierto tonelaje. Los ciudadanos de bien no podemos seguir siendo los paganinis de los atropellos de cualquier sector ante la falta de autoridad, porque no es sino recordar que incluso el  Transmilenio ha sido bloqueado hasta por infantes estudiantes de primaria por peticiones que pueden ser justas pero que no pueden generar las desastrosas vías de hecho y perjudicar tanta gente.

  Twitter:  @jairoamezquita