22 de diciembre de 2011

LA NAVIDAD Y LA LECTURA

DE PROVINCIA

Por: Carlos José Bolaños

Nada más oportuno que la observación hecha por el presidente Santos al ministerio del ramo sobre la necesidad de mejorar el número de lectores, así como la sensibilización y capacidad lectora del pueblo colombiano, de formar buenos lectores. Decir que leemos un libro al año, sin descontar a los que tienen que hacerlo en razón a su estudio y/o profesión - profesores, investigadores, etc., la cifra puede resultar inflada. Realmente no leemos, porque no aprendimos bien la técnica desde el principio y así nos quedamos toda la vida; leemos palabras, caemos en el deletreo, fijaciones, regresiones, repetición de palabras, que no permite una buena comprensión. La lectura intensifica y retiene el tener una buena ortografía, hoy tan perdida en la gran mayoría de los jóvenes e incluso de los adultos. Las disculpas para no leer y son muchas: cansancio, “lloroseo” y ardor en los ojos y lo más grave: los libros buenos y bien editados están por encima de los 40 mil pesos, imposible para “nuevos ricos” que ganan $ 198.000.oo mensuales. 

Por curiosidad nos hemos puesto a buscar y no hemos encontrado, en ninguna parte, ni cursos de actualización en lectura, salvo uno al que por su precio no está al alcance de los estratos 1, 2 y 3. De tal manera, que uno sigue leyendo toda la vida como salió de la escuela. Tampoco encuentro que enseñen política, ni facultades donde enseñen sexología. Esas son tres cátedras que hacen mucha falta en Colombia. Si queremos tener gente bien informada, ciudadanos de calidad total y evitar el drama del embarazo en adolescentes y el aborto clandestino. Estos temas deberían estar en el pensum escolar. 

Muchos son los programas y el dinero que gastan para fomentar la lectura. Recuerdo uno que lanzó la entonces primera dama Ana Milena Muñoz, ahora consagrada columnista de El Espectador, junto con Batuta. Le escribimos diciéndole que eso tendría efecto positivo si se hacía masivamente, cobijando todas las edades utilizando desde los centros educativos hasta los salones comunales, algunos hoy sin función alguna. Desafortunadamente los recursos que gastan, benefician económicamente a las agencias publicidad y los resultados en la población no los vemos. 

La novena es un bonito laboratorio para probar nuestra capacidad de lectura. Reconozco que no es fácil traducir palabras, términos como en desuso; exclusivas de escritores y escritoras de novenas. Desde el más pequeño hasta el más grande nos equivocamos, y como no se puede hacer ninguna observación porque traumatizamos al niño, inclusive al adulto, termina en aplauso la pésima forma de leer. 

Los medios escritos, periódicos y revistas que traen esos crucigramas gigantes, sudokus, sopas de letras están contribuyendo positivamente a que el pueblo mantenga encendida la mente, mientras la TV se la apaga. Me gusta mucho ver a los informales, a los del rebusque, llenando esos pasatiempos. A mi me explicó una señora del aseo de un centro comercial pequeño, la técnica para llenar el Sudoku. Ese material está siendo muy útil. Esta previniendo muchas enfermedades, entre ellas la frustración, la tristeza causadas por el desempleo. 

Hablando con maestros , me cuentan que sus alumnos se rajan, no responden bien, precisamente porque no leen bien la pregunta y que viven observándoles que no es que no sepan, que la falla radica en que no leer bien. Ahora se agrega que los universitarios tampoco saben escribir, según el profesor Camilo Jiménez. De quien será la culpa. De los maestros o de las políticas gubernamentales? 

Deseamos a nuestros lectores una feliz Navidad y que de verdad en adelante nos beneficiemos con los frutos de la cultura de la prudencia que hace verdaderos sabios, sin pólvora, sin muertes violentas y menos por el alcohol, sin secuestrados. Nada de gastar lo que no nos hemos ganado: Minhacienda recomienda no endeudarse, ahorrar. 

E-mail: carlosjosebol@hotmail.com