30 de octubre de 2009

Cinismo desbordado

La Real Academia de la Lengua Española define cinismo como impudencia, obscenidad descarada y también como la desvergüenza absoluta en el mentir ó en la defensa y práctica de acciones o doctrinas y tesis que causan deshonra. Y es precisamente eso lo que encontramos en nuestra cada vez más dramática realidad nacional, en las declaraciones que brinda el régimen cuando se les piden explicaciones sobre los ya incontables casos de corrupción y engaño. Esas declaraciones además de defensas cínicas son groseras el intelecto de los colombianos al creer que con los argumentos gaseosos que exponen todos tragamos entero y no vemos más allá de la punta de la nariz. Afortunadamente uno encuentra que el adormecimiento cómplice e indolente que venían padeciendo importantes sectores de la población con respecto a la decencia, transparencia y moralidad de su régimen empieza a ceder. 

No se puede reaccionar de forma diferente frente a situaciones evidentes y ya referentes del régimen, el Uribito Carimagua y su protegido ministro de Agricultura sosteniendo “después” que se descubrieron las irregularidades en la asignación de subsidios a los representantes de las altas esferas que todo fue regular y ajustado a la “Ley”. Y ni ellos, ni la cabeza del régimen reconocen sus equivocaciones, por el contrario, una vez Agro Ingreso Robo Seguro queda al descubierto, la corrupción en el uso de los recursos derivados de los tributos de todos los colombianos, con el cinismo y la sagacidad mediática que lo caracteriza, el régimen sale a medios a decir “ni un peso más, para los ricos”, y justicia para los que recibieron la plata, pero la verdad hasta el momento no se sabe que hayan devuelto un solo peso ó que se haya iniciado una acción legal para buscar esa recuperación. Al contrario, lo último es esta película de horror es que van a acabar con el programa, como si la culpa radicara en el escaso porcentaje de población que realmente necesitaba de este apoyo y se beneficio, tal vez en un ataque de solidaridad que bien poco les duró. El Diablo haciendo Ostias. No reconocen y jamás lo van a hacer, que Uribito Carimagua, su mensajero actual ministro y por supuesto el cabecilla del régimen lo único que han hecho en política agraria es favorecer las altas clases incrementando desmesuradamente la concentración de la riqueza, claro son sus amigos y aportantes a las campañas electorales. 

Y eso que no podemos olvidar los incontables casos que se han presentado en los demás ministerios, en Transporte las perlas de INCO e INVIAS y AEROCIVIL, en Defensa las armas viejas y dotación de mala calidad para la fuerza pública, sin contar con los inexplicados todavía falsos positivos, en Desprotección Social la feria de ETESA y los recursos para la Salud, sin contar la absoluta falta de control en el manejo abusivo de las EPS’s con los colombianos tanto en el régimen subsidiado como en el contributivo, la platica perdida del SISBEN que nunca volverá, en Educación sin política de calidad, del DAS no es necesario ni acordarse, las zonas francas para los hijitos, las notarías… en fin más fácil sería que nos contarán que entidad ha sido bien manejada. 

El “Congreso Admirable” como lo denomina el régimen en el cual 70 de los 102 senadores elegidos en el 2006 llegaron por arrastre gracias a que sus titulares ó están detenidos o están inmersos en procesos judiciales (valga la pena aclarar que apenas cinco de ellos son liberales). Un congreso arrodillado que le ha aprobado todas las reformas lesivas a los intereses de las mayorías y que lo único que no ha tenido es control político sobre el régimen porque su hambre insaciable de prebendas y lentejas no le permite tener tiempo para cumplir con su deber. Y si el delegado de Uribito no renuncia de aquí al debate de Moción de Censura, seguramente lo declarará inocente y lo sacará en hombros del recinto del Congreso a la Casa de Nari. 

Pongamos el retrovisor como se estila en este régimen y acordémonos que en el tiempo anterior a la nueva era iniciada en 2002, había corrupción que la delincuencia y la Mafia continuamente permeaban la clase política y las altas esferas del Estado, pero hoy las cosas son diferentes ante tanta porquería pareciera que fuera directamente la Mafia la que gobernara. Quiera el destino que cese la terrible noche y venga un nuevo despertar para bien de todos los colombianos.