13 de junio de 2012

DESCONCERTADO

DE PROVINCIA 

Por: Carlos José Bolaños

No son pocas las causas para que este fenómeno se presente en quienes queremos una mejor nación, con mejor calidad de vida. Ver al presidente ordenando “echar más plomo”, indudablemente presionado por los eternos enemigos agazapados de la paz, denunciados hace más de 50 años por ese inmenso colombiano “Don Otto Morales Benítez”, que no pudo ser precandidato por no tener doble discurso. Claro, que no se puede dejar de combatir en tiempos de guerra pero esas órdenes deben darse extra micrófono, privadamente, porque la respuesta de la bestia es feroz, despiadada contra policías y soldados y contra las comunidades más pobres, ante cada declaración oficial en los medios. Y que desconcierto oír esas voces que fijan plazo a los gobernantes y amenazan con golpes de estado, sino arregla en X tiempo la situación que ellos mismos ayudaron a crear.

Desconcierta leer que el Ministro de Hacienda aprueba 3 billones 500 mil millones de pesos para cubrir el déficit de una empresa mixta de telefonía, sin ninguna dificultad y que para las universidades públicas, el estado solo aporta, con mucho trabajo, para que se  repartan entre sí tan  solo $ 165.000.000. CIENTO SESENTA Y CINO MILLONES, francamente es  desconcertante. Que hay que sacar $ 380’000.000  TRESCIENTOS OCHENTA MIL MILLONES para cambiar las losas de TM, plata que debía ir para tapar huecos de la malla vial, es desconcertante.

También desconcierta saber que fuimos segundo productor de café en el mundo y de la mejor calidad, hoy estamos importando del Perú el 62% de lo que consumimos y de pésima calidad a causa de que lo que ha debido  invertirse en el pequeño y mediano caficultor, se hizo en  empresas que luego las convirtieron en inviables. Paradójico: no todos los miembros del gremio tienen acceso a la  llamada “tienda de los cafeteros”. Mas desconcierto produce la negación de apoyo del estado al  exministro Ocampo para presidente del Banco Mundial por el simple hecho de pensar que la economía debe estar al servicio del hombre y no como lo practica el liberalismo salvaje: el hombre al servicio de la economía.

Finalmente con hondo pesar veo gente mayor, de mi generación, a mis hijos, nietos, y  biznietas con esa enorme frustración que deja  la Selección Colombia. Antes jugaban bien y perdía. Hoy con técnico extranjero  juega mal pero… también pierde. Creo que todos ya se sienten hasta “des falcaos”, por tamaña desidia. Hay cientos de cosas más que nos producen, desconcierto, perplejidad.


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