20 de febrero de 2014

De saltimbanquis, delfines y otros espectáculos

EL CUADERNO DE RICARDO


Por: 
RICARDO BELLO GOMEZ

“Pan y circo” solían decir los antiguos romanos para referirse a las dos herramientas predilectas de los políticos para manejar la voluntad al incauto pueblo. Hace más de quince siglos que acabó su vida republicana e imperial la fastuosa Roma, y todavía esta frase sirve para describir la situación de muchas prácticas politiqueras, frente a las cuales deberíamos reaccionar como ciudadanos informados que tratamos de ser. El tema del “pan” es claro: mercados, puestos, contratos, bultos de cemento, tejas de zinc, y tantos otros “regalos” que candidatos de chequera voluminosa reparten a diestra y siniestra esperando que el favor les sea devuelto en las urnas. En el caso del circo, antiguamente se trataba literalmente de la distracción popular del circo romano con gladiadores, leones y demás, la gente entretenida, feliz, olvidando sus problemas, mientras el gobernante de turno subía impuestos, ajusticiaba enemigos y en general, hacía de las suyas sin problema.

Hoy el circo lo representan, tristemente, muchos de los propios candidatos; ya no es con espectáculos y celebraciones, sino con sus propios perfiles y trayectoria, que pretenden timar a los potenciales electorales. Empecemos por un show que es propio de los mejores acuarios del mundo; de izquierda a derecha saltan delfines de todos los colores, hijos de ex ministros, ex senadores y ex gobernadores que sin más mérito que su apellido pretenden ganar una curul en el Congreso y chapucean en las piscinas de todos los partidos políticos; todos, sin excepción, desde el izquierdista Polo Democrático hasta el Centro Democrático (que de centro no sabemos todavía qué tiene porque es la derecha pura  y dura) tienen en sus listas a este tipo de especímenes y muchos todavía tienen el descaro de presentarse como “la renovación”, como si bastara con cambiar los nombres para renovar la política.

Personaje popular de este nuevo circo es también el saltimbanqui que con destreza pasa de un partido a otro, cambia de logo en el tarjetón como quien cambia de medias, y se hace pasar siempre por el indignado, por el más puro. Los hay que fueron azules y verdes en Medellín, luego lanzaron tomates contra todos y terminaron vistiéndose de rojo en Bogotá. Por eso es necesario que no solo escuchemos las propuestas, sino que nos preguntemos más allá, de dónde surge quién nos las presenta. Otro tipo de acróbata que suele aparecer es el paracaidista, aquel que se la pasa entre nubes y trata de aterrizar en alguna lista que lo reciba; pero claro, a primera vista parece que con su parafernalia va a poder hacer mucho, cuando la verdad es que, literalmente, no tiene los pies en la tierra.

Esto es parte del panorama circense de nuestra política. Es una realidad hoy por hoy, pero afortunadamente hay una fracción de candidatos y candidatas que ofrecen alternativas serias; ojalá esa fracción se incremente en cada elección y ojalá lo tengamos en cuenta a la hora de estar frente a frente con el tarjetón. Nos quedan solo quince días.

Twitter: @ricardoAbello


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