En 2011 la Comisión Europea publicó un Eurobarómetro sobre Cambio Climático. Los datos fueron diversos, pero el más interesante fue que el 41% de los encuestados indican que la responsabilidad del cambio climático es de los gobiernos nacionales, seguidos por la Unión Europea (35%) y después las empresas/industrias (35%). La pregunta que lanzó ¿es quién son responsables del Cambio Climático, las empresas, los gobiernos, la Unión Europea?
La industria, la agricultura y el sector servicios representan la mayor parte de la totalidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), según los datos obtenidos en el cuarto Informe del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC). Estos sectores son responsables en gran medida de las emisiones de GEI a la atmósfera, que acentúan el efecto invernadero, y con ello, el impacto del cambio climático. El desarrollo económico de un país está, por tanto, ligado al incremento de GEI en la atmósfera de una manera directamente proporcional. Si partimos de la idea de que las empresas tienen como objetivo encontrar un beneficio económico a cambio de proporcionar un bien o servicio a los clientes, implica que se tienen que adaptar constantemente a las necesidades o modas que mueven a los consumidores. El principal cambio que debe de haber para que realmente las empresas empiecen a cambiar su funcionamiento por otro más comprometido con la sostenibilidad del medio ambiente, es un cambio de mentalidad social.
La conclusión es que todos formamos parte de la aceleración del Cambio Climático. Es verdad que el consumidor puede elegir entre los productos, pero para ello las empresas deben cambiar su forma de producción, y así poder informar al consumidor las emisiones que realizan, y estos poder elegir entre la gama de diferentes productos, según lo que contaminen. Pero las empresas no cambiarán si no hay nadie que obligue o premien por emitir menos GEI y sus procesos y productos sean sostenibles con el medio ambiente. Entonces habría que empezar desde arriba, desde la U.E y después los países, cambiar las leyes y premiar a las empresas que sean sostenibles.
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