Prensa SDA
A diario, flotas procedentes de todos los departamentos del país ingresan con algo más de maletas y pasajeros, animales silvestres que son cruelmente camuflados para ser vendidos en el mercado negro. Aves, mamíferos y reptiles pasan horas encerrados en estrechos tubos de PVC, cajas de cartón sin ventilación y contenedores plásticos donde son forzados a entrar.
Este “crimen ambiental” hace que los animales ingresen a la ciudad, deshidratados y en mal estado, en algunos casos hasta heridos o mutilados. Según la Secretaría de Ambiente, entidad encargada de rehabilitar a los animales silvestres víctimas de este tráfico, las duras condiciones de hacinamiento y encierro a las que son sometidos hacen que las expectativas de vida de estos animales no superen el 50 por ciento. “Han llegado pericos hacinados en tubos de PVC, toches camuflados en maletas, loras dentro de baldes, a los cuales les abren pocos huecos para que sobrevivan el largo viaje.
En algunas ocasiones los animales son anestesiados, para así evitar que hagan ruido y alerten a las autoridades”, apuntó la SDA. En 2012, cerca de 2.600 animales silvestres ingresaron al Centro de Recepción de Fauna Silvestre de la Secretaría de Ambiente ubicado en la localidad de Engativá. Sin embargo, las temporadas de vacaciones, especialmente la de fin de año, son aprovechadas por los traficantes para intensificar esta práctica que atenta contra nuestra biodiversidad. En diciembre de 2012, se decomisaron aproximadamente 280 animales. “Enero, cuando regresan los viajeros, es el mes más crítico para la fauna silvestre. Por esta razón hacemos un llamado para que dejen a los animales en su hábitat natural y denuncien a los traficantes”, dijo el funcionario responsable.
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