6 de marzo de 2014

El valor de los remanentes naturales en las ciudades

ESQUINA AMBIENTAL  
"¿Te has preguntado que había antes de las casas, de las  calles, de las plazas, de las aceras de tu ciudad? Es decir, ¿antes de los asentamientos humanos? Había la continuidad de un gran paisaje natural
El permanente proceso de crecimiento y expansión urbana ha conllevado a la progresiva e irremediable pérdida de ecosistemas originales. Sin embargo, en las ciudades aún es posible apreciar fragmentos restantes de, justamente, ese paisaje natural. Referidos fragmentos son los llamados ‘remanentes naturales’ o ‘reservas naturales urbanas’ que constituyen un nexo entre el proceso natural y el urbano.

Para la ecología del paisaje un ‘remanente natural’ es un pedazo, un retazo, una mancha, un segmento de un ecosistema resultante de una intervención espacial drástica de extensas áreas que formaban antes un paisaje uniforme y continuo y que, ahora, todavía conservan o son refugio de vestigios de la vegetación y biofauna nativa. Además, de guardar la historia natural, los remanentes naturales, otorgan importantes funciones ecológicas que son innegablemente beneficiosas para la vida humana. Por ejemplo, son reguladores del clima urbano porque mejoran la calidad del aire, aumenta la emisión de oxígeno, controlan la humedad ambiental, reducen la fuerza del viento y el polvo.  También sostienen, conservan y renuevan el suelo, por las características estructurales de las raíces y permiten a la fauna nativa, especialmente aves, de encontrar su hábitat en la ciudad y entre otros servicios ambientales.

Principalmente un remanente natural tiene dos funciones; la primera referida a las características biológicas, ya mencionadas, que influyen directamente en la calidad ambiental de una ciudad y la segunda referida a las cualidades visuales y estéticas que determinan la percepción de los habitantes en las ciudades. No está de más señalar que la naturaleza estimula los estados anímicos de las personas, dado que se trata de una interacción usualmente muy positiva y fácil de estimular, ya que, descansa sobre bases psicológicas y biológicas de la naturaleza humana. 

En consecuencia, los remanentes naturales son áreas ecológicas significativas  para las grandes ciudades.
Sin embargo, se encuentran amenazadas y/o son altamente vulnerables debido a la alta densificación del área construida que deja poco espacio para áreas verdes, además que están al alcancen de todos y la mayor parte de las personas no se percatan de su valor o simplemente no les resulta atractivo. 

Si una ciudad no conserva sus remanentes naturales, pierde su sustento bioclimático, así como la buena relación sociedad y naturaleza. Lo que lo convierte en una base importante para la planificación urbana.

Por Tania Imaña Loza, gracias por publicar en nuestra página.
La Paz – Bolivia
Cuenta de twitter: @tanlogico
Politóloga y ambientalista.

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