7 de noviembre de 2013

Cada año se desechan un tercio de los alimentos que se producen en el mundo

ESQUINA AMBIENTAL  










En los países ricos se desperdicia la comida al botarla a la basura y en los países pobres porque las plagas se comieron el cultivo o no fueron comercializadas a tiempo. 


Botan tomates podridos en Nueva Delhi, India. Foto: Mustafa Kuraishi

En un mundo super poblado, sometido a constantes fenómenos naturales que golpean a los productores agropecuarios en todas las latitudes, sumados a las debilidades estructurales y mala distribución de alimentos (y producción de subsistencia) en decenas de países nos torna susceptibles y hasta insultados ante la cantidad de alimentos que se desperdician cada año.

Los impactos de los alimentos desechados.-

Cuando los alimentos son desechados, se producen un amplio bagaje de impactos. Financiero es uno de ellos, medio ambiental es otro, humano el más palpable y lacerante en países pobres.

Haciendo un análisis de los impactos ambientales procedemos a poner a vuestra consideración los que considero son claves.

Impactos socio económicos y ambientales.-

  • Anualmente son desechados y perdidos ⅓ de la comida que a nivel mundial se produce, vale decir, cerca a 1,3 billones de toneladas (mil trescientos millones de toneladas.
  • La cantidad de alimentos desechados en los países ricos, unos 222 millones de toneladas, equivale al TOTAL de la producción agropecuaria del África subsahariana, es decir, 230 millones de toneladas anuales.
  • 2,3 billones de toneladas, dato de la gestión 2009 - 2010, que equivale a más de la mitad de la producción mundial de cereales se pierden cada año.
  • Las cantidades inconmensurables de agua, nutrientes, suelo, sol, trabajo, que demandaron los alimentos pero que se desecharon, vienen a engrosar las entradas  que favorecen al calentamiento global.
  • Cuando la sobre pesca está mermando la existencia de alimentos marinos, para colmo entre 100 a 130 toneladas de pescados se desechan o descartan por mal manejo durante la cadena pesca - desembarco - almacenamiento - transporte - venta.
  • El país « emblema» en relación al desecho de alimentos es sin dudas Estados Unidos, por algo un 30% de los mismos terminan, literalmente, en la basura. Estos volúmenes corresponden, económicamente hablando, al astronómico monto de 48,3 billones de dólares (32,5 billones de euros). 
  • Los desechos alimenticios que una familia promedio genera en el Reino Unido, bordea los 6,7 millones de toneladas cada año. Porcentualmente sería el 32% de la comida comprada va a parar a la basura.

Una cruda realidad: la etapa en que sucede comparando países ricos y pobres.-

  • En países con ingresos medios y sobre todo altos, la pérdida sucede en la fase final del proceso de producción y durante el almacenamiento de los alimentos por los consumidores. Hay falencias por la falta de coordinación entre los productores, las industrias. el comercio y los consumidores para aprovechar la comida que sino iría a ser desechada.
  • Las sociedades con ingresos aceptables tienen una moneda con fuerte valor adquisitivo o ganan lo suficiente como para que «llevar un pan a la mesa» no sea problema alguno. 
  • En los países pobres, subdesarrollados, donde la mayoría de la población global la conforma, bien podría reducirse significativamente las pérdidas al implementar mejorías en las primeras etapas, vale decir, en los campos productores, mejorando la producción con uso de semillas sanas, combatiendo plagas y con adecuadas re ingenierías de proyectos para la mejora del almacenaje, conservación de los mismos y transporte adecuado para evitar el deterioro de los alimentos.

La dura conclusión.-

  • Las cantidades que se pierden son abismales. Es hasta insultante para la conciencia y el sentido común que aún sigan habiendo hambrunas a lo largo y ancho del globo. Somos una cultura del acaparar y en este caso de acaparar hasta que hay que desechar. No es bueno y será peor en un futuro inmediato.
  • La ocurrencia de fenómenos naturales que van desde sequías hasta inundaciones, lo errático que es el clima, las desventajas de los productores en competitividad, tecnología, asistencias y subsidios se conjugan en plantear a la sociedad global un nuevo desafío: que haya comida para todos. 

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