7 de noviembre de 2013

ASI, IMPOSIBLE LA PAZ

DE PROVINCIA 


Por: 
Carlos José Bolaños

Mientras en La Habana se hacen  esfuerzos por acallar el efecto mortífero de fusiles, cañones, morteros, cilindros y demás armas de destrucción, en Colombia algunos sectores encabezados por personas con una alta popularidad, buscan desde los más significativos hasta los más mínimos detalles para encontrarle problemas a posibles soluciones. Se hace mucho énfasis en que no puede haber ningún tipo de impunidad y, eso es lo ideal. Lo curioso es que quienes invocan esta figura, al parecer muchos son herederos de quienes dejaron en la impunidad sin verdad ni reparación a las víctimas de  los 300 mil muertos que produjeron  los odios fratricidas entre los  jefes  de los partidos tradicionales, muchas veces estimulada desde los pulpitos.

Fue una violencia oficial horrenda en la que no hubo castigos para los autores intelectuales y materiales de crímenes atroces. Con el pacto excluyente del Frente Nacional quedó todo en la impunidad y dio  origen a la formación de varios frentes guerrilleros, algunos afortunadamente disueltos, pero unos pocos infortunadamente aun vigentes.

Al parecer no hemos entendido que la paz es una necesidad imperante. Y construir nación un trabajo permanente consistente en lograr cada día mejorar la calidad de vida  y aprender a convivir con las  distintas corrientes de pensamiento. La paz debe darse en todos los terrenos: familiar, laboral, político, utilizando la  forma correcta en  todo tipo de lenguaje: corporal, visual, hablado, escrito, gesticular, etc.

Difícil que el mundo nos crea que  estamos preparados la paz, cuando nos oyen el lenguaje de gallera, cuando utilizamos la crítica destructiva, cuando en vez de construir sobre lo construido liquidamos lo bueno que nos han legado. Cuando el parlamento aprueba proyectos como el de salud y el gobierno insiste en que son buenos a pesar de la protesta pacífica de  médicos, usuarios, comunidades científicas. Tendremos paz cuando tengamos gobiernos solidarios con todos los sectores. Ya es hora de que la clase dirigente se dé cuenta que la Colombia actual, a pesar de las restricciones empieza a pensar y a actuar, en  procura de una mayor igualdad. 


E-mail: carlosjosebol@hotmail.com


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