DE PROVINCIA
Por:
Carlos José Bolaños
Mientras en La Habana se hacen esfuerzos por acallar el efecto mortífero de
fusiles, cañones, morteros, cilindros y demás armas de destrucción, en Colombia
algunos sectores encabezados por personas con una alta popularidad, buscan desde
los más significativos hasta los más mínimos detalles para encontrarle problemas
a posibles soluciones. Se hace mucho énfasis en que no puede haber ningún tipo
de impunidad y, eso es lo ideal. Lo curioso es que quienes invocan esta figura,
al parecer muchos son herederos de quienes dejaron en la impunidad sin verdad
ni reparación a las víctimas de los 300
mil muertos que produjeron los odios
fratricidas entre los jefes de los partidos tradicionales, muchas veces
estimulada desde los pulpitos.
Fue una violencia oficial horrenda en la que no hubo
castigos para los autores intelectuales y materiales de crímenes atroces. Con
el pacto excluyente del Frente Nacional quedó todo en la impunidad y dio origen a la formación de varios frentes
guerrilleros, algunos afortunadamente disueltos, pero unos pocos
infortunadamente aun vigentes.
Al parecer no hemos entendido que la paz es una necesidad
imperante. Y construir nación un trabajo permanente consistente en lograr cada
día mejorar la calidad de vida y
aprender a convivir con las distintas
corrientes de pensamiento. La paz debe darse en todos los terrenos: familiar,
laboral, político, utilizando la forma
correcta en todo tipo de lenguaje:
corporal, visual, hablado, escrito, gesticular, etc.
Difícil que el mundo nos crea que estamos preparados la paz, cuando nos oyen el
lenguaje de gallera, cuando utilizamos la crítica destructiva, cuando en vez de
construir sobre lo construido liquidamos lo bueno que nos han legado. Cuando el
parlamento aprueba proyectos como el de salud y el gobierno insiste en que son
buenos a pesar de la protesta pacífica de
médicos, usuarios, comunidades científicas. Tendremos paz cuando
tengamos gobiernos solidarios con todos los sectores. Ya es hora de que la
clase dirigente se dé cuenta que la Colombia actual, a pesar de las
restricciones empieza a pensar y a actuar, en
procura de una mayor igualdad.
E-mail: carlosjosebol@hotmail.com
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