HYNTIBA ROJO
Por: JAIRO AMEZQUITA SOLER
Si se consultan los informes públicos de Naciones Unidas,
se encuentra que hay producción de alimentos superior a la que la demanda exige,
pese a ello, cerca de 870 millones de personas padecen de ¡desnutrición¡ El Secretario
General de la ONU, pide a los responsables de las cadenas de alimentos a
cambiar de modelos para implementar sistemas sostenibles ecológicamente, donde
la equidad sea también un pilar. Otro dato llamativo y es preocupante es que
cerca al 30% de los alimentos que se producen al año en nuestro planeta son “desperdiciados”.
Ese porcentaje equivale a unos 1.300 millones de toneladas de alimentos, que podrían
alimentar una población hambrienta, a naciones en constantes crisis económicas
y donde los desastres ambientales son frecuentes. El secretario recordó que la
población para el 2050 estará en el orden de 9.000 millones, por lo tanto, de
reducir los alimentos que se desperdician, bien podrían paliar el número de
personas que padecerán hambre.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA), casi el 50% de la comida es desperdiciada en Europa,
EE.UU., Canadá y Australia sucede durante el consumo. En los países en vías de
desarrollo, 2/3 de pérdidas ocurren durante el almacenamiento de los alimentos.
Una ONG ambiental ha publicado un interesante trabajo
titulado "Planeta Vivo", reporte de 2012, que revela datos
importantes. Por ejemplo, si seguimos con el mismo ritmo de consumo de
recursos, para el 2030 necesitaríamos 2 planetas, y para el 2050, 3
planetas.
La mayoría de la pérdida de los alimentos en los países
ricos radica en el proceso de comercialización y en el consumo por parte de la
población; pérdida por alimentos desechados. La población más pobre y vulnerable,
tiene el problema de perder comida durante la producción y almacenamiento, por
plagas, enfermedades, clima sumada a las pérdidas de alimentos en la cosecha y en
el almacenaje de los alimentos; se conoce como pérdida de alimentos por
almacenaje.
En la coyuntura histórica que atravesamos se puede decir
que existen excedentes en los alimentos que se producen, pero es totalmente injusto
que millones de personas padezcan de hambre. Se debe planear reducir la
cantidad de alimentos que se pierden en manos de las personas con economía
vulnerable, dotando de silos de almacenamiento, controlando las plagas y
enfermedades en los sembradíos, mejorando el acceso a los centros de
comercialización y muchas otras acciones más.
Por otro lado, los habitantes de países con economías
sólidas deben modificar sus hábitos de consumo, comprando y comiendo lo que
necesitan y no botando la comida al basurero, una gran ofensa por más que la libertad permita que cada
uno puede hace lo que quiera con lo que le pertenece.
Twitter: @jairoamezquita
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