DE PROVINCIA
Por: Carlos José Bolaños
Al parecer mucha gente cree que el futuro del pueblo colombiano
está solamente en el comercio y en la minería y no en la industria, en la
producción agropecuaria y en las demás actividades
que ofrece nuestro territorio.
Con motivo de la celebración del primer año de vigencia
del TLC con Estados Unidos comentaristas económicos, como Eduardo Sarmiento
Palacio muestran que “en el último año se presentó un rápido deterioro en la competitividad
con dimensiones destructivas en las confecciones, textiles y autopartes”,
mientras que el presidente Santos se muestra muy optimista con los resultados
pues... ”En EEUU, ya están tomando el jugo de guanábana
que les enviamos”. Los medios registran que nuestras exportaciones bajaron
y las importaciones crecieron, especialmente en alimentos.
Hace algunas semanas visitó el país el ministro finlandés
de Comercio y Asuntos Europeos, Alexander Stubb, me alegré cuando vi el titular
en la prensa, me ilusioné porque pensé
que el gobierno nacional, el presidente, la ministra de educación iban a firmar
un convenio educativo, una asesoría para mejorar la calidad de
nuestra educación ya que Finlandia ocupa desde hace años el primer lugar en la pruebas PISA y
tiene programas muy avanzados e incentivos especiales de reconocimiento a los
maestros por los logros alcanzados en
educación. Pero, ohh desengaño cuando finalicé la lectura y supe que es
otro TLC y nada para la educación.
Colombia está condenada al mercado de los comodities: ni
siquiera a eso, porque quien extrae el oro, los minerales son compañías extranjeras.
Simplemente recibe unas regalías muy exiguas. El senador Robledo dice que
Colombia recibe en regalías el
equivalente de un apartamento que cuesta $ 1.200.000 (MIL DOSCIENTOS MILLONES) y solo recibe de
arriendo de $ 200.oo (DOSCIENTOS PESOS.)
Mientras Colombia no sea capaz de diseñar políticas para explotar
o asociarse para extraer,
industrializar y comercializar sus recursos naturales (Ecopetrol lo hace), no
pasaremos de ser un país pobre, viendo desaparecer sus riquezas.
En la escuela rural nos enseñaron que Colombia es un país
inmensamente rico, con dos mares (sin industria pesquera) pero se les olvidó
decirnos que para que esas riquezas no desaparezcan se necesita, además de
saber administrarlas, hacerlo con total honradez y absoluta transparencia.
E-mail: carlosjosebol@hotmail.com
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