DESDE MI REFUGIO
Por: Héctor Alfonso Delgado
Esta semana tendrá una incidencia importante hacia
el futuro por la marcha que se realizó el 09 de abril, se logró que participaran
todas las vertientes políticas del país, con algunas excepciones que se
apartaron, lo cierto es que se quiere la Paz, esto se entendió desde el
gobierno Nacional y el Distrital y otros grupos de amplia participación a nivel
Nacional e Internacional.
Ahora vendrán las reflexiones de los
organizadores, deben estar satisfechos, fue un GRAN EXITO, gente de
todas las clases, jóvenes, mujeres, estudiantes, delegaciones de diferentes
regiones del país, muchos de ellos líderes comunales, desplazados de sus
territorios a causa del conflicto, en sus rostros se observó que a pesar de la
adversidad hay esperanza de progreso de regresar a sus tierras y seguir
luchando por sus tierras. Tuve la oportunidad de hablar con delegados del Guainía,
Putumayo y Huila, viajaron desde el lunes con la certeza de participar y
exponer su problemática al ver la respuesta de la marcha por parte de Bogotá;
se regresaban a sus ciudades con optimismo grande, decían que dejaron sus ranchos
y animales recomendados con vecinos, dijeron vayan ustedes que allá nosotros
cuidamos sus cosas y sus animales, sentarse a dialogar con estas personas, hace
correr un frio por todo el cuerpo saber que muchas veces renegamos y maldecimos
lo que tenemos, sin pensar que hay personas que tienen mucho menos, pero son
felices y esto se refleja cuando se está en contacto con ellos, comentaban que
ese misma noche debían regresar a sus sitios de origen, que les esperaba un
viaje largo que los separa desde Bogotá, pero se iban optimistas por la
solidaridad reflejada durante la marcha, por los diálogos de Cuba, se ha
entrado en confianza, me atreví a preguntar porque el optimismo?, la respuesta:
“mire hermano una cosa es el conflicto en la ciudad, distinto es en los campos,
como nos pasa a nosotros, hay muchos compañeros que vinieron a conocer Bogotá, pero
no ha quedado tiempo de mirar con detenimiento, solamente se ven calles
edificios y mucha gente, llegamos en horas de la noche, muchos de ellos están
probando comida a las dos de la tarde,
mientras en el campo a esa misma hora hemos comido tres veces, pero aclaro que es
cuando se puede”. Después de tener la oportunidad de hablar con compatriotas
que vienen de tierras lejanas, uno podría decir que estamos en la gloria. Seguramente
cuando esta nota salga, ellos estarán en sus campos atendiendo sus huertas y
sus animales con la expectativa que vienen tiempos de paz y prosperidad, a
ellos también les afanan el futuro de sus hijos e hijas.
E-mail: hectoralfonso123@hotmail.com
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