(Diciembre 05 de 2012) Publicado en el N.S.
Por : Horacio Serpa
Haber
tenido la oportunidad de gobernar a Santander fue una experiencia grata,
constructiva, inolvidable. Los buenos recuerdos me animaron a escribir sobre
ella unas cuartillas que terminaron convirtiéndose en libro. Lo llamé Haciendo
País, como con quienes me acompañaron en esa tarea denominamos la
gestión de gobierno.
Nací en
Bucaramanga. Allí me formé como bachiller y viví con mi familia hasta cuando me
fui para Barranquilla, donde por fortuna pude estudiar Derecho en la
Universidad del Atlántico. Al regresar de mis estudios desempeñé varios cargos
en la judicatura, en distintos municipios. El destino me llevó a
Barrancabermeja, donde conocí a Rosita, nacieron nuestros hijos y tuve la
oportunidad de hacer carrera en la política, como miembro del Partido Liberal.
El
puerto petrolero fue mi casa y mi todo, durante 30 años. Con la familia nos
radicamos luego en Bogotá porque me fue imperioso estar en la capital para
atender las obligaciones nacionales que surgieron en la actividad pública.
Después de alegrías y tristezas, de triunfos y fracasos, la política y la
generosidad de los paisanos nos llevaron a Bucaramanga, donde con Rosita y las
frecuentes visitas de hijos y nietos pasamos varios formidables años.
Mi
gobierno fue lo mismo que la vida, con éxitos, con fracasos, aplaudido y
criticado, ejercido en la grata compañía de jóvenes colaboradores que
trabajaron incansablemente, con compromiso y transparencia. Cuatro años parecen
mucho tiempo, pero transcurrieron veloces y estuvimos contentos, rodeados del
respeto y la generosidad de los santandereanos.
Haciendo País fue
escrito de buena fe, con las mejores intenciones. No es un catálogo de
rencillas ni fue elaborado para pasar cuentas de cobro, criticar a los
oponentes o brindar explicaciones sobre comportamientos o actuaciones
oficiales. Sus páginas son constancias de la referida experiencia, estampadas
con el ánimo pedagógico de expresar las bondades y las inconveniencias de la
actividad pública, aprovechando la oportunidad para hacer recomendaciones y mencionar
lo atractivo, lo difícil, lo ingrato y también lo satisfactorio que es
dedicarse a las tareas de gobierno.
Francamente,
no es tarea fácil. Por el solo hecho de asumir el ejercicio de una función
pública, respeto a quienes lo hacen. Es un acto de valor, de responsabilidad,
de grandes compromisos, de esfuerzos y sacrificios. Por encima de las
veleidades políticas, de las contradicciones y las polémicas, de la opinión que
se tenga del gobernante, es de admirar a quien para ejercer como tal se
compromete, con constancia, pulcritud y buen juicio, a representar a la
comunidad.
Hoy en Bucaramanga tendré el
gusto de presentar el libro a mis paisanos, en sencillo acto que se cumplirá a
las 5 p.m. en la Casa del Libro Total.
El
próximo martes 11 de diciembre lo haré en Bogotá, a las 11 a.m., en la Sede de
la Sociedad Económica de Amigos del País.
Ojalá
mis amigas y amigos me brinden la oportunidad de saludarlos y de rememorar en
su compañía algunos de los muchos episodios que identificaron esta agradable
experiencia de gobierno. ¡Están invitados!
Twitter: @HoracioSerpa
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