4 de octubre de 2012

MILAGRO, EFICACIA O CAÑAZO?

DE PROVINCIA 

Por: Carlos José Bolaños


Estos interrogantes surgen a medida que transcurre la agresiva campaña electoral en Venezuela. El hasta hace unos pocos meses moribundo y desahuciado  presidente – candidato,  mostró cuadros verdaderamente dramáticos, dignos de cualquier telenovela que producen en su país. Se le vio preocupado, realmente pálido (o maquillado?),  lloroso y rezandero, pidiendo  la oración  colectiva para la curación de su mal. Hoy lo vemos, más arrogante, más desafiante que nunca. Al parecer la única enfermedad que lo aqueja es el sobrepeso. Si se sanó fallaron las teorías de  que la curación se obtiene mediante la paz espiritual, el perdón, la tolerancia,  la serenidad, etc. Si fue por la eficacia de la medicina  cubana,  entonces realmente tendríamos que descubrirnos ante los avances científicos  de esa nación  y acogernos a ella.

Y si fue clásico cañazo... Sería como para morirnos de la risa no por la sagacidad del jugador, sino por la falta de malicia; actuación digna de  músicalizar y convertirla en una  Zarzuela tan exitosa como Las Leandras y revivir los mejores momentos de aquellas piezas teatrales donde la picaresca es premiada con estruendosos aplausos que la gente se da por reírse de sí misma por su capacidad para dejarse confundir. Realmente no es  recomendable para la democracia, de ninguna nación del mundo, para ninguna institución gubernamental la figura de la reelección inmediata. Se podría contemplar  pero  no inmediata. Hay que darle tiempo a la historia para que madure y se pueda evaluar la gestión. En nuestro medio tenemos alcaldes y gobernadores con  segunda y tercera reelección   y no figuran entre los 10 mejores lo que demuestra que la reelección no fue por   eficiencia o eficacia sino parque dejaron montada su maquinaria. El caso de los legisladores es peor.  Se retiran después 30 o  40 o más años de ocupar el cargo y lo dejan a algún familiar. Sí se les examina la obra  tienen poco que mostrar, salvo unos discursos vibrantes, vehementes cuando hay necesidad de apoyar el ejecutivo para no perder el manejo burocrático de alguna entidad. Por donde se le mire la reelección no es buena y mucho menos donde los electores carecen de una formación política así sea elemental,  donde se vota por  prebendas,  por un día o medio de descanso remunerado presentando el  respectivo certificado,donde  el  abstencionismo es mayoritario, pero no gobierna, fruto de la desconfianza del pueblo en sus dirigentes.  En cambio las reelecciones si son buenas y deseables en el sector privado donde se dan por resultados  y no por el reparto de prebendas.

Deseamos que la operación  del presidente Santos sea exitosa y su recuperación sea total, lo mismo que los casos del vicepresidente Garzón y del alcalde Petro.


E-mail: carlosjosebol@hotmail.com
     

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