DE PROVINCIA
Por: Carlos José Bolaños
Estos interrogantes surgen a medida que transcurre la agresiva
campaña electoral en Venezuela. El hasta hace unos pocos meses moribundo y
desahuciado presidente – candidato, mostró cuadros verdaderamente dramáticos,
dignos de cualquier telenovela que producen en su país. Se le vio preocupado,
realmente pálido (o maquillado?),
lloroso y rezandero, pidiendo la
oración colectiva para la curación de su
mal. Hoy lo vemos, más arrogante, más desafiante que nunca. Al parecer la única
enfermedad que lo aqueja es el sobrepeso. Si se sanó fallaron las teorías
de que la curación se obtiene mediante
la paz espiritual, el perdón, la tolerancia,
la serenidad, etc. Si fue por la eficacia de la medicina cubana,
entonces realmente tendríamos que descubrirnos ante los avances científicos de esa nación y acogernos a ella.
Y si fue clásico cañazo... Sería como para morirnos de la
risa no por la sagacidad del jugador, sino por la falta de malicia; actuación digna
de músicalizar y convertirla en una Zarzuela tan exitosa como Las Leandras y
revivir los mejores momentos de aquellas piezas teatrales donde la picaresca es
premiada con estruendosos aplausos que la gente se da por reírse de sí misma
por su capacidad para dejarse confundir. Realmente no es recomendable para la democracia, de ninguna
nación del mundo, para ninguna institución gubernamental la figura de la
reelección inmediata. Se podría contemplar
pero no inmediata. Hay que darle
tiempo a la historia para que madure y se pueda evaluar la gestión. En nuestro
medio tenemos alcaldes y gobernadores con segunda y tercera reelección y no
figuran entre los 10 mejores lo que demuestra que la reelección no fue por eficiencia o eficacia sino parque dejaron
montada su maquinaria. El caso de los legisladores es peor. Se retiran después 30 o 40 o más años de ocupar el cargo y lo dejan a
algún familiar. Sí se les examina la obra
tienen poco que mostrar, salvo unos discursos vibrantes, vehementes
cuando hay necesidad de apoyar el ejecutivo para no perder el manejo
burocrático de alguna entidad. Por donde se le mire la reelección no es buena y
mucho menos donde los electores carecen de una formación política así sea
elemental, donde se vota por prebendas,
por un día o medio de descanso remunerado presentando el respectivo certificado,donde el
abstencionismo es mayoritario, pero no gobierna, fruto de la
desconfianza del pueblo en sus dirigentes.
En cambio las reelecciones si son buenas y deseables en el sector
privado donde se dan por resultados y no
por el reparto de prebendas.
Deseamos que la operación
del presidente Santos sea exitosa y su recuperación sea total, lo mismo
que los casos del vicepresidente Garzón y del alcalde Petro.
E-mail: carlosjosebol@hotmail.com
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