4 de octubre de 2012

 ESQUINA AMBIENTAL  

La elevación de las temperaturas y la alteración en las precipitaciones provocan un efecto inesperado: muchas especies de animales y plantas disminuyen rápidamente de tamaño. En un clima que está constantemente cambiando, los organismos se ven obligados a acostumbrarse a nuevas condiciones. El análisis en la teoría de la evolución de la vida, enfocando su atención en los cambios que experimentaron los animales en los períodos anteriores a las bruscas alteraciones del clima. Por ejemplo, hace 56,3 millones de años se produjo un fenómeno que se denomina el "máximo térmico del Paleoceno-Eoceno", en el que en tan solo un siglo la temperatura de la Tierra subió de 3 a 7 grados. En los posteriores 10.000 a 20.000 años, cambiaron de forma muchos insectos y su tamaño se redujo del 50 al 70%. Al mismo tiempo, empequeñecieron las ardillas y otros roedores.

En el estudio publicado en la revista Nature Climate Change, se indica que el actual calentamiento del clima transcurre aún más rápido que en esos tiempos remotos, pero los organismos vivos reaccionan a este fenómeno de manera idéntica. Un experimento reveló que brotes y frutas de varias plantas pierden de un 3% a un 17% de su tamaño por cada grado celsius de calentamiento. También eso disminuye entre un 0,5% y un 4% el cuerpo de los invertebrados marinos y entre un 6% y un 22% el de los peces. Debido al calentamiento global, se han observado cambios en muchos anfibios, por ejemplo, en los sapos comunes. Las aves y los mamíferos también pierden en dimensiones, como se ha podido constatar en varias especies de gorriones, gaviotas, ciervos, ovejas domésticas y osos polares.

Los investigadores indican que, en el peor de los casos podría esperarse que la reducción de los cultivos de alimentos y animales tenga consecuencias alimentarias. Sin embargo, la ciencia todavía no conoce todos los mecanismos de este efecto estudiado y los riesgos aún permanecen desconocidos.



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