DE PROVINCIA
Por: Carlos José Bolaños
Excelente la actitud del militar que lloró en vez de
disparar contra unos seres humanos, de
raza y cultura distinta, que va completar 520 años de persecución, exterminio,
destrucción de su cultura, despojo de tierras, esclavitud. Solo en 1991, los
constituyentes les reconocieron sus derechos, que les incumplen, igual que con las Leyes de
Indias de la época de la colonia. Eso es grandeza señor militar, ejemplo de
tolerancia para quienes creen que la represión violenta es la solución. Soy de
la generación de los entonces llamados refugiados de los años 50, por políticas
de dirigentes de la época profundamente católicos, que nos sacaron de nuestras
propiedades, las incendiaron, perdimos seres queridos; luego padecimos las
consecuencias originadas por el despeje.
Y aquí estamos viviendo sin rencores, mirando con un poco de misericordia a los
violentos de todos los tiempos. Gracias señor militar por el ejemplo que
nos dio a todos. Usted nos está
indicando el camino correcto hacia la paz. Buena la decisión del presidente
Santos de darle al problema manejo político: la ultraderecha hubiera querido la
vía jurídica para enviar todos esos indígenas
“sin alma” a la cárcel.
Malas noticias para la ciencia. El autor de la ley de
convertir a Colciencias en ministerio que solo logró el rango de Departamento
Administrativo se va porque “no hay congruencia en el gobierno con la ciencia”,
ya no podrán financiar 855 nuevos doctores al año. El presupuesto de $590 mil millones,
rebajado a 350 mil millones. Cancelan
permiso para seguir experimentando con micos. Mañana prohibirán hacerlo
con ratones, conejos, moscas, etc. Colombia revive la política española: don Francisco José Caldas pidió aplazar
su ejecución para concluir sus investigaciones, Murillo contestó: a España no
le interesa la ciencia y el bárbaro fusiló al científico. Colombia cree que
basta con que sepamos apretar tornillos.
Bueno que la tasa de homicidios baje en Bogotá. Malo, lo
que pasa en el Acueducto. Por más que se esté en contra de las privatizaciones,
aparece el dilema de si es mejor privatizar. Estas cosas causan desgaste innecesario
a la administración central. Al parecer la avaricia es común a todas las posturas
ideológicas, credos y razas. Muchas cosas más, pero lo más significativo la
INDIGNACION del pueblo ante la fuerza
mal ejercida de unas mayorías que no respetan ni tienen cuenta los argumentos
bien sustentados de las minorías.
E-mail: carlosjosebol@hotmail.com
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