31 de mayo de 2012

EL CAOS DEL CAMBIO CLIMATICO


 ESQUINA AMBIENTAL

De la última cumbre mundial de cambio climático realizada en Durban (Sudáfrica), se concluye condena a la humanidad, en especial a los países del Sur, mientras que los mayores contaminadores evaden cualquier responsabilidad y aseguran los mercados de carbono para seguirse lucrando con falsas soluciones a las causas del problema. El quid es la ausencia de medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que llevará a un aumento mínimo de 4 grados en la temperatura media global en tan sólo unas décadas. En el último siglo, el capitalismo industrial provocó un aumento de la temperatura promedio de 0.8 grados centígrados, que se traduce en desarreglos climáticos, como huracanes, sequías, inundaciones, menor rendimiento de cultivos, derretimiento de glaciares y de hielos permanentes que liberan grandes cantidades de metano, gas que tiene 20 veces peor efecto invernadero que el dióxido de carbono. 

El protocolo de Kioto estableció metas de reducción obligatorias para los países industrializados con mayores emisiones de apenas 5 por ciento por debajo de los niveles de 1990. Aun así, Estados Unidos –que de todos modos no firmó el protocolo–, exigió que se pudieran usar mecanismos de mercado para la reducción de emisiones, con lo cual muchas supuestas” reducciones” son solamente transacciones virtuales. Los mercados de carbono no han servido para nada frente a la crisis climática, pero abrieron jugosos frentes especulativos con la venta de créditos de carbono. Con muy malas notas y sin efecto para bajar las emisiones, el Protocolo de Kioto finalizará su primer periodo de compromisos en 2012. 

Gobiernos de países del Sur querían abrir un segundo periodo de compromisos, con metas mínimas acordes a las necesarias. Pero ya en la conferencia de cambio climático en Cancún en 2010, en lugar de compromisos obligatorios se aceptó declarar “promesas”, que si se cumplieran (improbable), no llegarían más que a reducciones de 13 a 17 por ciento. Con un proceso irregular como en Cancún, en Durban se aprobó de todos modos un segundo periodo del protocolo de Kyoto, pero como un cascarón vacío. Sin metas de reducción, sin compromisos vinculantes, sin mecanismos de control de reducciones, pero cargando de obligaciones a los demás países que no están entre los contaminadores históricos. Este proceso y plazo, es para terminar de eliminar cualquier obligación de reducción, presionar a las economías emergentes y traspasar la responsabilidad de la crisis climática a las poblaciones de países pobres del sur, a través de mecanismos de mercado, que nuevamente, favorecen a las trasnacionales de los países industrializados. 

Tanta irresponsabilidad ante las crisis y con las generaciones futuras deben llevar a al conjunto de la humanidad a sensibilizarse, organizarse manifestar algo más que su voz de protesta, porque como vamos el panorama en el mediano plazo es bastante preocupante para el futuro de la misma especie. 



Twitter: @jairoamezquita

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