23 de mayo de 2014

Cuatro Años después

HYNTIBA ROJO 

Por: JAIRO AMEZQUITA SOLER


Recuerdo que hace cuatro años, en primera vuelta votamos por quien considerábamos la mejor opción, Rafael Pardo, infortunadamente no alcanzó a pasar, y en segunda entre Mockus y Santos optamos por ninguno. En este tiempo ha corrido harta agua bajo el puente, Santos no fue el títere que esperaba el innombrable mayoral del Ubérrimo,  muchos creíamos que no lo iba a hacer, pero lo hizo y fue más allá. Recuperó tal vez el camino por el cual el país tendría una mejor opción de fututo LA PAZ, que de llegar a concretarse liberaría casi inmediatamente una gran cantidad de recursos del presupuesto nacional que podrían ser invertidos en inversión educación, salud, investigación y desarrollo tecnológico  e impulso a la productividad que crearía mejores condiciones de dignidad para la mayoría de los colombianos y colombianas.

Y Santos que hubiese tenido un devenir más seguro en su trasegar político particular si no se hubiera metido en semejante berenjenal, se dio la pela por el proceso de paz, en contravía del que considerábamos iba a gobernar tras bambalinas, es entonces el más idóneo entre la baraja de candidatos para llevar a buen puerto el proceso de paz. Estoy convencido de la necesidad de que sea la Ley y el estado social de derecho los que rijan en la realidad de la patria y su principal obstáculo es el conflicto. En el conflicto hay variaciones como la minería ilegal y el narcotráfico, y seguro que no debe haber diálogo con narcos exclusivos o mafiosos de la minería. Está la paz está  con los  grupos que aún tienen algún sesgo político como las FARC, y seguir la batalla contra los narcos y debilitando las BACRIM, que sin la estructura de las FARC tendrá mayor suceso.

En mi opinión Zuluaga es un hombre gris, sin brújula propia, una especie de marioneta, que gobernaría en función de Uribe como lo han hecho presidentes de bolsillo al estilo de Perón en Argentina o el actual caos de Rusia. Se cree incluso, que de ganar esa fórmula se instauraría un régimen parlamentario, cambiando un “articulito de la constitución” en el que el primer ministro designado por el Senado de la República (adivinen a quien) tendría poderes omnímodos y el presidente Zuluaga se dedicaría a los desfiles y a cortar cintas en las inauguraciones al estilo de una primera dama.

Por fin parece estar cerca la paz, debemos mantener la esperanza y ser conscientes de lo que nos jugamos este domingo, a votar por Santos ahora y en la probable segunda vuelta, por la misma razón que hace cuatro años no lo hicimos: detener la corrupción, la maldad, el camino de lo fácil, el rencor y la impunidad del combo de Uribe y sus “buenos muchachos”.



Twitter: @jairoamezquita


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