El
Servicio Nacional de Geología (USGS) informó ayer que los sismos sobre una
magnitud de 3 grados en la escala Richter en Estados Unidos aumentaron seis
veces en 2011 respecto a los años del siglo XX, y señalan que una de las causas
es la actividad del petróleo y gas realizada recientemente por el hombre. Informan
que estudiaron las bases de datos que existen desde 1970, especialmente en
regiones donde hay un aumento de la producción. “Los estudios del USGS no
sugieren que el fracturamiento hidráulico, conocido comúnmente como
"fracking,", hace que aumente la tasa de los terremotos. Científicos
del USGS han encontrado, sin embargo, que en algunos lugares el aumento de la
sismicidad coincide con la inyección de aguas residuales en profundos pozos de
eliminación”.
Las
aguas residuales a las que se refieren son los subproductos de la producción de
petróleo y de gas natural que también se da en los yacimientos de carbón. Los
científicos citan como ejemplo el aumento significativo de la actividad sísmica
en las zonas centro del país, sobre todo enColorado, Texas, Arkansas, Oklahoma
y Ohio. En estos lugares la eliminación de aguas residuales se realiza a través
de estos profundos pozos de inyección. “Aunque resulta probable que los cambios
observados de la tasa de sismicidad en la parte central de los Estados Unidos
en los últimos años son obra del hombre, aún queda por determinar si están
relacionados ya sea con cambios en las metodologías de producción o en la tasa
de producción de petróleo y gas”, señala USGS. “El hecho de que la disposición
inyectada de las aguas residuales producidas al extraer los recursos tiene el
potencial para causar terremotos se conoce desde hace tiempo”, agrega.
Uno
de los primeros casos documentados es en el Arsenal, en las Montañas Rocosas,
cerca de Denver. “Un gran volumen de aguas residuales fue inyectado desde
1962-1966, induciendo una serie de terremotos, por debajo de magnitud 5”. De
los aproximadamente 150.000 pozos de inyección, cerca de 40.000 están en
Estados Unidos, pozos de eliminación de desechos de fluidos para las
operaciones de petróleo y gas, y una fracción de estos pozos induce terremotos
que son suficientemente grandes como para ser motivo de preocupación para el
público, destaca USGS, agregando que hay numerosos estudios previos que avalan
la información.
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