8 de noviembre de 2012

LA MOVILIDAD

DE PROVINCIA 

Por: Carlos José Bolaños


Los trancones no son exclusivos de Bogotá, ni de las grandes capitales. Cubre a pequeños poblados, troncales, a vías secundarias y terciarias especialmente en los llamados  puentes  Emiliani, que algunos  critican y quieren abolir cuando lo cierto es que son motor que  reactiva la economía  de muchas poblaciones de clima templado y cálido.

Parece que los gobernantes del siglo XIX y mediados del  XX  tenían una  mejor visión del desarrollo vial del país. Apoyaron y construyeron un buen kilometraje de vías férreas. Entendieron que el tren era y es el mejor medio de transporte del mundo. Los gobernantes posteriores, resolvieron desmantelar el  sistema. Recientemente llegamos al colmo de pagar anticipadamente las obras y permitir que los contratistas variaran los trazados, lo cual aumentó los costos exageradamente y mucha plata se perdió. Situación corregida en el presente gobierno, a costa de la cabeza de un buen ministro de Transporte. Las causas del problema posiblemente radican, en el atraso legislativo que no ha modificado la norma; no miró el crecimiento espectacular de las industrias automotriz y  constructora. Las especificaciones de las calzadas siguen en los mismos 4, 6, 8 metros de ancho como si el número de vehículos y habitantes fueran los mismos de los años 50’s.  La eficiencia  de los urbanizadores aprovecha al máximo cualquier espacio, antes de terminar las vías ya están desarrollando  grandes construcciones que aparecen de la noche a la mañana y no dejan posibilidades de futuras ampliaciones. Las construcciones hasta los años 60`s, los frentes de las casas eran de 10 o más metros, el fondo  de 30 o 40 mts. Las calzadas de 4, 5 o 6 mts, siguiendo la tradición  colonial. Hoy son de 3.50 mts de frente por 4.50 de fondo, sin modificar las medidas de las vías.

A lo anterior se suma la mala formación vial de usuarios y en general, nuestra falta del sentido común con la complicidad de los conductores que recogen donde se les ponga la mano debido al sistema salarial que tienen;  en cada persona ven una moneda, una comisión. La costumbre de estacionar en las calzadas, por el déficit de parqueaderos agrava la situación cuando lo efectúan en ambos costados de la vía. Muchos motociclistas y ciclistas suicidas son un verdadero  peligro. El sistema educativo no contempla la formación vial de la gente; se le deja a la publicidad, bien costosa por cierto. Las empresas pueden ayudar a descongestionar ubicando a sus colaboradores lo más cercano a su residencia. O aprovechar la estrategia del teletrabajo que viene impulsando el ministerio del trabajo.

El transporte masivo presenta exceso de pasajeros, demoras en la espera, inseguridad, rudeza e insensibilidad  de los usuarios. Tiene cosas buenas como los paraderos fijos, información sobre paradas, aspectos del que se hubiera podido apropiar el transporte público. Lo cierto es que  el trabajo se va a tener que realizar desde los vehículos. En un año estaremos totalmente paralizados. No haber seguido el ejemplo de quienes  construyeron la Autopista Norte y la Avenida Eldorado, parece ser  el  gran error de quienes los sucedieron en el poder.

E-mail: carlosjosebol@hotmail.com

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