23 de agosto de 2012

EL PODER

DE PROVINCIA 

Por: Carlos José Bolaños
 
Se quejan de la gestión del Presidente. Llegó al cargo luego de 36 años de preparación burocrática, leal a todos sus jefes. Suponían que debía conocer todos los problemas, la forma cómo actúan sus protagonistas y por ende tener la fórmula para combatirlos. A riesgo de equivocarme, García Márquez, antes de ser Nobel, en entrevista  a  María Elvira Samper en Semana, por allá cuando casi se nos muere por la falta del olor a la guayaba cuando tuvo que huir para no ir a morar en las pesebreras de Usaquén, dijo que en Colombia el poder no lo ejerce el Presidente, al contrario, él  es un prisionero del poder.

Quienes intentan corregir los vicios de la política, de gobernar y legislar y no se someten a los libretos de los verdaderos dueños del poder son estigmatizados. Nos hemos privado de tener grandes presidentes, desde Sucre, el que frenaba a Bolívar, que lo persuadió de no hacerse coronar emperador como Napoleón, luego Rafael Uribe Uribe introductor del derecho laboral y muchas reformas de avanzada; luego Gaitán, al que le utilizaron a los taxistas para tumbarlo de la Alcaldía. Don Otto Morales Benítez no quiso ni siquiera ser precandidato porque no aceptó tener un doble discurso: uno ante el pueblo y otro ante los empresarios. Luego mataron a cinco o seis candidatos presidenciales que abanderaban lo social. Se acude a cualquier cosa para sacar del camino a quien no siga lo tradicional, caso del vicepresidente Garzón y Petro. Irónico, que cuando no son los contradictores los que atacan, la enfermedad es la encargada de hacerlo y, de manera casi fulminante.

García Márquez nos dice en el INFORME DE LOS SABIOS (obra que indica lo que se debe hacer para que Colombia llegue con algún éxito al siglo XXI; aún puede aplicarse) que una de nuestras muchas fallas es atacar los efectos y no las causas de los problemas, falsear la verdad histórica, atribuirnos glorias que nunca merecimos, celebrar batallas que nunca se dieron, querer que Colombia se parezca a la escrita y no a la que vivimos.

Nota: Más que justo reconocimiento el rendido por el Presidente a nuestros deportistas medallistas. Verdaderos héroes, vencieron en igualdad de condiciones. Nos dan inmensas alegrías. Que distinto a los héroes,  producto  de  emboscadas en campos y aldeas, en desigualdad de condiciones. Ellos son mártires de la patria y nos dejan infinito dolor.
            
E-mail: carlosjosebol@hotmail.com


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