DE PROVINCIA
Por: Carlos José Bolaños
Este 20 de Julio nos volvieron a hablar de la
Independencia. Hubo suntuosos desfiles militares que el pueblo vio asombrado. Costoso
y moderno armamento adquirido con el segundo rublo más alto del presupuesto
nacional, por encima del de educación, lejísimo del de justicia. Voy a cometer
el sacrilegio de preguntar a quienes favoreció la osadía de aquellos muchachos de
bien, hijos de europeos, dueños de haciendas y vidas. Mitificados, glorificados
sin que jamás nos hayamos detenido a examinar los errores que cometieron, como
humanos que eran y que generaciones posteriores de gobernantes han venido aumentado.
La verdadera concepción de independencia, de nación la tenían unos pocos, entre
ellos Nariño, calumniado y combatido por sus contemporáneos. Los demás, hacerse
al poder, mantener al pueblo en la ignorancia, la peor y más efectiva forma de
esclavitud que se pueda concebir, aumentar sus privilegios, prolongada hasta
nuestros días por quienes les han sucedido en el poder sin el menor respeto y
consideración hacia su pueblo, a sus mandantes, hasta llegar al colmo del
“cinismoresistencia” con lo que aprobaron, sin objeción de los demás poderes,
el pasado 16 de junio y, mantiene INDIGNADA
a Colombia entera.
La esclavitud no ha desaparecido. Alguien dijo que solo
el conocimiento de la verdad nos hará libres. Nosotros llevamos la dura carga
de ignorar nuestro pasado. “Somos un pueblo sin historia” editorializó El Tiempo. Desde 1984 por decreto la historia no
hace parte de la enseñanza, dizque por violenta. Bajo ese criterio se podría
prohibir estudiar la historia del mundo, de la Biblia. Los médicos no harían
mayor cosa sino conocieran la historia personal de sus hoy CLIENTES, quienes perderíamos
la plata y hasta la vida si no le contamos al galeno, por vergüenza, todos nuestros
males. Solamente acudiendo a la autocrítica podremos enmendar y corregir los
errores del pasado. Llevamos 50 años combatiendo los efectos de las guerrillas,
de las distintas violencias, ignorando sistemáticamente las causas, consignadas
en muchos libros, entre ellos, LO QUE EL CIELO NO PERDONA del cura Blandón, o
el más completo de todos, LA VIOLENCIA EN COLOMBIA -acaba de cumplir 50 años-
de monseñor Guzmán, Fals Borda y Umaña Luna.
Coletilla: Lo del Cauca:
admirable el grado de tolerancia y comprensión de nuestro ejército ante la
equivocada actuación desesperada de nuestros indígenas. El problema, como parece, es político, requiere
de decisión y voluntad política para resolverlo.
E-mail: carlosjosebol@hotmail.com
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