DE PROVINCIA
Por: Carlos José Bolaños
Imperdonable los ataques a Transmilenio (TM) o a cualquier bien público o privado, a instituciones educativas, comercios, etc..., vengan de donde vinieren, donde quiera que sucedieren. Lamentable que no hayamos asimilado, digerido que la VIDA y los bienes públicos son SAGRADOS. Que se debe construir sobre lo construido. Inconcebible, el colmo de la intolerancia para manifestar que alguien o algo no nos gusta. Todos sabemos de las inequidades existentes en el contrato de concesión para el TM, las enormes desventajas para Bogotá y los usuarios; la nación también está tratando de corregir esas injusticias que se presentan en más del 60% de esos contratos, gestión que el pueblo agradece. La ciudad no obtiene ganancias, pero debe mantener la vía y asumir el costo político del mal servicio. Es lo que dicen los analistas, estudiosos del tema.
La única certeza que podemos tener es que estos ataques no la hicieron los usuarios, aquellas personas que lo toman para ir a su trabajo, a citas médicas, a sus compromisos y labores. Las tomas que pasaron los noticieros muestran que la destrucción fue hecha con un profesionalismo francamente aterrador. Causa interrogantes francamente preocupantes porqué esta vez fue tan coordinada, tan furiosa esa acción cuando justamente el Alcalde está solicitando revisión del contrato, donde entiendo, entre otras cosas pide rebajar tarifas.
A las autoridades se les pude ayudar mediante la crítica razonada, con argumentos sustentables, (dicen que la crítica es el alimento de la democracia) pero no con la violencia. Eso es lo que nos tiene arruinados, rezagados. El dinero que debiera ir para educación, salud, vivienda, etc., a lo social, se está yendo para atender la deuda adquiriendo costos elementos para atender la guerra, la inseguridad. Confieso que he superado muchas deficiencias gracias a la crítica de mis maestros, jefes, amigos de mi mujer. Es notoria la estigmatización que hay en Colombia, país que decía profundamente católico. Si la iglesia hubiera seguido esa política Saulo, perseguidor de Cristo y sus seguidores, no sería hoy San Pablo, uno de los santos más grandes. Busquemos en nuestro reciente pasado programas que nos han servido, que nos han vuelto más humanos, más respetuosos y solidarios.
Soy un convencido de muchas cosas que hizo Mockus. Tomé algunas palabras de una composición, que no he podido saber de quién son: “Cuando las cosas anden mal como a veces suelen ir”, A LA CULTURA CIUDADANA TODOS DEBEMOS RECURRIR.
E-mail: carlosjosebol@hotmail.com
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