6 de enero de 2012

HOJA EN BLANCO

DE PROVINCIA 

Por: Carlos José Bolaños

Enero. Mes difícil. Para reflexionar. Sobre qué escribo, qué comentar. Después  de tantas cosas que ocurrieron  vertiginosamente el fin de año. Explosión de generosidad, de abrazos y besos, exceso de endeudamiento de los hogares colombianos que no se atendieron la recomendación del Minhacienda de ahorrar.  Se me ocurre que miremos algo del pasado con la intención de conservar las cosas buenas de nuestra cultura  y erradicar las malas.

Las malas: la corrupción, madre de todos los males que golpean a Colombia, por ser la más antigua de todos los padecimientos; nos   ha hecho más daño que  todas las guerrillas y delincuencia común juntas de todos los tiempos. Los mayores recursos para  salud, pensiones,  educación,  alimentación,  vivienda,  infraestructura,  o sea para el desarrollo, la paz y la igualdad,  se los lleva la corrupción. La falta de educación política, no nos permite elegir a consciencia;  la deficiente preparación en lectura nos impide estar bien informados;  la escasa o nula educación sexual del pueblo, (las clases altas la tienen y la practican)  ha generado una serie de males que afecta la calidad de vida del pueblo, entre más aumente la población, mayor desempleo, (una  ley económica que no falla), menor será la calidad de vida, más inseguridad, menos oportunidades.

El  constante legislar y gobernar para la guerra nos ha creado la cultura del porte de armas, legal o ilegal, ninguno es bueno; el florecimiento de la industria respectiva, lo más doloroso: que maten la vida empezando a nacer. Ni siquiera, en primavera como dijo alguien,  víctima de la intolerancia.  Riñas callejeras,  violencia intrafamiliar,  uso de la pólvora,  de bebidas embriagantes,  son la tragedia nacional.   El cine de los años 40,  cuyo argumento central es el machismo, la cantina, la gallera, el juego, los tiros, las canciones, medio que se reemplazó en forma masiva por la TV,  que atrofia la mente con telenovelas de señoras y señores llorones y gritones. Películas excesivamente violentas, con Rambos, con capos  crueles y despiadados; mujeres que comercializan su cuerpo. Los medios se convirtieron en los verdaderos educadores. Lo poco bueno que pueden enseñar padres y maestros en años, lo destruyen los medios, especialmente la TV comercial, en minutos, en segundos.  Y finalmente el modelo económico Neoliberal, liberalismo salvaje, insolidario, donde todo es lucro. 

Que panorama tan negro me dirán. Pero es que no podemos engañarnos. Tenemos que tener el valor de reconocer la verdad, por dolorosa que sea, como dice un amigo droguista.  Tenemos que aceptar nuestra realidad y no lo que nos escriben los historiadores oficiales,  por encargo y eso los limitan en el análisis de los hechos. El azote de los jóvenes,  las drogas y el alcohol, el de  las mujeres,  los implantes. Ellas tienen que convencerse que no hay mujer fea. A todas, absolutamente a todas el Creador las dotó del encanto, perfume, aroma y fragancia natural  que atrae y enamora.  Deben convencerse que si les faltara  algo de eso la especie  se acabaría.  No dañen sus cuerpos. Las queremos al natural. Altas, bajitas, gorditas, flaquitas, rubias, morenas, campeonas de natación (nada por delante nada por detrás).  No dañen sus vidas futuras.  Si no lo hacen por su salud y su economía, háganlo por nosotros, que las queremos así, tal como son.   Bueno, alguna esperanza debe tener esta pobre población dolida. Está en  la educación, el cuidado a la niñez,  el respeto al viejo que ha ayudado a construir  nación y al ambiente que poco valoramos.

Los países que renunciaron a la guerra, para siempre, Japón, Corea, Europa  y  tomaron el camino de la educación la ciencia, la tecnología, la investigación y la innovación han alcanzado un altísimo grado de desarrollo. Qué bueno sería que el pueblo pudiera adquirir, leer y estudiar el libro BASTA DE HISTORIAS  o al menos ver la entrevista en Internet, marcando Sarmiento Oppenheimer (TVazteca).  Eso nos puede ayudar a darnos una visión amplia, nos convence sobre  importancia de la educación. El gran éxito de la empresa privada es que capacita a sus  funcionarios. Conozco una, en la que trabajé (Colpatria), con auxilio educativo hasta del 100% para sus colaboradores.

E-mail: carlosjosebol@hotmail.com

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