De nuevo el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) tiene que aterrizarnos sobre la dramática situación de inequidad en la distribución de los ingresos y la tierra en Colombia para que nos demos cuenta de los grandes logros que nos ha dejado los gobiernos de Pastrana y Uribe. Aparte de sus grandes logros en corrupción y desidia en la administración pública debemos agradecerles que nos hayan situado con honores en la vergüenza de ser uno de los países más desiguales del mundo. Ya nos habían situado entre los más corruptos. Que cifra…. Gracias al dueño del Ubérrimo “Solo el 1,15 % de los 45 millones de compatriotas concentran casi el 60% de la propiedad de las tierras”….. Como pretendemos entonces en Colombia que haya armonía y sostenibilidad en el crecimiento del desarrollo humano.
Teníamos que esperar a que nos confirmaran las estadísticas de organismos multilaterales de absoluta credibilidad las causas objetivas de tanto desplazamiento forzado y el incremento desmesurado de la cantidad de población en las grandes ciudades en detrimento de las condiciones de vida, pobreza, desempleo e inseguridad ciudadana generalizadas. El estudio también nos muestra la dramática paradoja de Colombia, sobre lo increíble de ser uno de los pocos países del mundo con capacidad para expandir su frontera agrícola, a apenes cuente con 2,7 por ciento de tierras cultivables mientras utiliza 31,6 por ciento para la ganadería y otro gran porcentaje en plantas para la producción de alcoholes para combustible en desmedro de la seguridad alimentaria. El estudio del PNUD termina recomendándonos un modelo de desarrollo que priorice la sostenibilidad ambiental, el uso adecuado y moderado de los recursos, y culminar con la desigualdad, entre otras. Cifras oficiales del 2010 indican que más del 45 por ciento de la población colombiana vive en estado de pobreza mientras el 16,4 por ciento sufre la indigencia. Amanecerá y veremos dijo el ciego.
Sin acabar con este problema estructural de creciente inequidad en la distribución de los ingresos, la tierra, las oportunidades de una parte y sin darnos la pela en el escenario internacional porque el mundo entienda que el fondo del problema del narcotráfico no se acabará por el lado de la oferta, sino por el de la demanda, jamás podremos pretender que en este país haya siquiera una lejana y pequeña luz de esperanza para que algún día reine la paz y la reconciliación entre los colombianos. Y eso sin mencionar el otro fenómeno que nos empobrece y aturde el de la corrupción, la politiquería y la indelicadeza en el manejo de lo público.
Los colombianos podemos iniciar el camino para tratar de comenzar a mejorar ese estado de cosas, con un voto racional, crítico y sobre todo de análisis sobre antecedentes políticos y administrativos, para no repetir eligiendo malos gobernantes. No sé, si debemos mantener las esperanzas pero bueno hay que esperar siempre un verdadero cambio. Este 30 de Octubre es una nueva oportunidad para que esperemos un mejor futuro, ocasión no aprovechable sin valorar en forma adecuada la crisis general del sistema. La democracia necesita nuevos aires, y los mismos reposan en una ciudadanía que no delegue sino que asuma como propio todo lo que es público. Que los errores del inmediato pasado en el distrito y en la nación no se repitan. NO MAS de lo mismo, busquemos un CAMBIO de verdad.
Twitter: @jairoamezquita
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