Para retomar el sendero del desarrollo después de este período aciago que por fin parece va a terminar en el que la “confianza inversionista” no pasó más allá de las palabras. Es el tiempo de la “Colombia Justa” en el cual el compromiso macroeconómico se prioriza en enfocar la política fiscal como herramienta a la estabilidad, evitando el impulso desmedido de la revaluación que ha ocasionado el desbalance del gobierno por sus erráticas decisiones sin garantizar la sostenibilidad de la deuda. La política fiscal en la presidencia de Rafael Pardo impulsará reglas claras y concertadas para evitar el desperdicio de las rentas mineras y petroleras del país, y una reforma tributaria estructural que ajuste el código tributario a los principios constitucionales de eficiencia, equidad y progresividad. Si el pueblo colombiano vota por la propuesta más seria se eliminarán por fin, las exenciones en el impuesto y se reducirá la tasa que se le cobra a las empresas para permitirles ser más competitivas. Se impondrán impuestos a los dividendos y se reemplazarán los estímulos al capital ocioso para reemplazarlos por estímulos a la generación de trabajo, se simplificará el impuesto IVA se reducirán los impuestos distorsionantes como el cuatro por mil y los parafiscales.
Otro eje de la política económica destinado a buscar el crecimiento armónico y equitativo será la de ampliar y modernizar la infraestructura como uno de los principales requisitos para crecer e integrarse con el mundo. Los colombianos verán cómo se hacen las obras de infraestructura de transporte que llevan años y gobiernos esperando, promesas hechas realidad. Los problemas de infraestructura del país no son sólo financieros, sino también institucionales. El presidente Pardo fortalecerá la institucionalidad y mejorará el instrumento de las concesiones para incluir elementos de equidad y transparencia en su adjudicación. Con el concurso del sector privado y el acompañamiento del sector público, el país logrará tener una infraestructura moderna y eficiente.
En el gobierno de la “Colombia Justa” la política de acceso a la vivienda atenderá las necesidades para los diferentes niveles de ingresos, porque es injusto que haya sectores que no sean beneficiarios de los programas del gobierno. Las familias con ingresos inferiores a un salario mínimo tendrán el subsidio completo. El gobierno adoptará modelos de construcción por concesión, en los cuales se ayudará a financiar los arriendos, garantizando vivienda digna para los grupos vulnerables. Para las familias que tienen entre 1 y 4 salarios mínimos, el Fondo Nacional de Garantías servirá como colateral del 100% del crédito de tal forma que se puedan hacer efectivos oportunamente los subsidios.
Para el gobierno de Pardo será de primer orden de atender la integración con Suramérica y la globalización concertada en términos de equidad para las partes. No puede ser que el país siga por la senda del pésimo manejo de la política internacional y en especial con los vecinos, se exigirá respeto pero también se le brindará el mismo con respecto a la soberanía de las naciones. Es el momento de construir y afianzar la dignidad internacional del país, se restablecerá la confianza y la cooperación con los vecinos, se recuperará el liderazgo continental que ha tenido el país en épocas pasadas y avanzaremos hacia una sólida integración latinoamericana. Se tendrá como guía el respeto al derecho internacional, la diversificación de las relaciones externas del país impulsando la ampliación de los vínculos con todas las regiones y naciones del planeta. Se otorgará un lugar privilegiado al fortalecimiento de las relaciones con América Latina y el Caribe y por supuesto, en medio de relaciones cordiales y respetuosas con los demás gobiernos se continuará la lucha multilateral contra el terrorismo y se fortalecerá la agenda medioambiental del país. Con toda seguridad que si los colombianos toman la decisión del voto por la seriedad y la coherencia programática tendremos un mejor y más equitativo futuro.